Muchos jóvenes que están estudiando en universidades se plantean oportunidades que les ofrecen sus escuelas para hacer un curso o parte de él en una universidad en otro país. Con mi buena relación con muchas universidades en Boston, en muchas ocasiones me han pedido que diese una conferencia allí, cosa que si podía disponer de tiempo he hecho gratuitamente y entusiasmado. En la oportunidad de hablar con algunos de estos alumnos he podido comprobar la internacionalidad de los grupos, quizás un 50% americanos y el otro 50% repartido por todo el mundo.
A estos jóvenes los suelo percibir entusiasmados con lo que están haciendo y si hablamos del final de su programa muchos de los extranjeros se proponen buscar oportunidades en Estados Unidos, sobre todo los indios y los latinoamericanos.
Sean americanas, chinas o europeas, las empresas han de internacionalizarse
Muchas empresas son conscientes de la extraordinaria internacionalización que vivimos. Como he dicho muchas veces, cuando hice mi doctorado en Harvard, uno de mis mejores amigos que investigaba sobre temas comerciales decía que la mejor manera de entender cómo está la economía de un país es visitar algunos de sus centros comerciales. Si hay tiendas de las marcas internacionales, si no hay tiendas cerradas, si hay bastante gente y muchos llevan bolsas, eso indica que el país avanza y que su economía funciona.
Durante la crisis, en los centros comerciales de Estados Unidos veías tiendas cerradas con un letrero diciendo “opening soon” (abriendo pronto), pero la realidad es que alguna nunca más abrió. Algo parecido se podía ver en los centros comerciales de China, con su gran parecido a los de Europa o Estados Unidos. La globalización y la internacionalización nos han llevado a ir extendiendo las empresas con pocos cambios y los mismos productos y procesos muy parecidos en todo el mundo. Recuerdo haber tenido contacto con Hakan Samuelsson cuando era alto directivo de Volvo. Volvo había sido comprado años antes por Ford pero la crisis económica la afectó y decidió vender Volvo. Lo intentó pero con la crisis ninguna empresa del sector parecía tener interés en Volvo. Finalmente la empresa china Geely ofreció comprarla y Ford la vendió por una pequeña fracción de lo que había pagado por ella. Ahora parece que el señor Hakan Samuelsson será nuevamente consejero delegado de Volvo. Es un buen ejemplo de esta evolución empresarial que nos lleva a una creciente internacionalización pero a hacer las cosas de forma muy parecida en todo el mundo.
La mayoría de los mercados se ha ido abriendo a la internacionalización empresarial. Ahora tenemos el caso de Donald Trump que creando cierres y aperturas quizás piensa que apoya empresas americanas, pero sean americanas, chinas o europeas, las empresas han de esforzarse por internacionalizarse y tener productos líderes en su sector a nivel mundial. Como Trump no estará siempre, las empresas que gracias a su protección eviten internacionalizarse, algún día se encontrarán con la realidad que puede cerrar su futuro.