Los datos macroeconómicos siguen sonriendo a la economía española. Estados Unidos multiplica sus amenazas y aplica aranceles que Europa traga con una mezcla de resignación e impotencia, pero el crecimiento del PIB de España continua dando buenas noticias. Los datos facilitados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) indican que en el segundo trimestre de este año el PIB aceleró más de lo previsto. Entre abril y junio, la economía española avanzó un 0,8% intertrimestral, lo que supone una décima más respecto al dato avanzado por el INE en julio.
De esta manera, el crecimiento del segundo trimestre aumenta dos décimas respecto al primero, y se suman ocho trimestres consecutivos con alzas superiores al 0,6%. Con esta revisión, y con las modificaciones también al alza de trimestres anteriores, los economistas calculan que el crecimiento puede llegar este año al 3%, por tanto por encima de las previsiones tanto del Gobierno como del Banco de España.
Lo que no cambia son los motores de este crecimiento. El tirón del consumo privado y la inversión son el gran impulso tanto en este trimestre como en el anterior. Es lo que se considera un crecimiento más sólido, que gusta más a los economistas, porque no depende tanto del consumo de las administraciones públicas, como fue en los años anteriores. Es una tendencia que se ha consolidado.
En concreto, el consumo de los hogares aumentó ocho décimas, mientras que la inversión remonta un 1,8%. De esta manera, la demanda interna contribuye en su totalidad al incremento del PIB, mientras que la externa tuvo una aportación prácticamente nula. Esto viene derivado por un freno de las exportaciones, que se quedan en el 1,3% intertrimestral, aunque las importaciones también crecen menos, quedándose en un 1,6%.
Sin embargo, no todos los elementos de la revisión son positivos. En estos nuevos datos, aunque aumenta el PIB, hay también variación de sus componentes y no en la línea que prefieren los economistas. “Hay más consumo público y menos crecimiento de la inversión respecto a los anteriores datos”, afirma María Jesús Fernández, de Funcas, que añade que, de todas maneras, lo que se mantiene es la tendencia de reducción de la aportación del turismo. Una reducción que se compensa con el aumento de la inversión, y el mantenimiento de buenos niveles del consumo privado, en este caso en tasas parecidas, aunque algo por debajo de los del 2024.
“A partir de estos datos, el crecimiento del año podría situarse en el 2,8% y no es descartable que llegue al 3%”, añade Fernández. Es un pronóstico que comparten otros economistas. “Con la revisión del PIB de hoy, España se va a ir al 3% de crecimiento este año”, apunta Ángel Talavera, economista jefe para Europa de Oxford Economics. Por su parte, Manuel Hidalgo, economista de la Universidad Pablo de Olavide y de EsadeEcPol, indica que si el tercer trimestre crece un 0,7%, y hay consenso en este dato, y el cuarto un 0,5, una opción conservadora, “nos vamos para el conjunto del año al 3%. A revisar predicciones al alza de nuevo”.
En la actualización de los datos el INE también se ajusta el crecimiento interanual, que pasa del 2,8% al 3,1%, tres décimas más.
Son unas cifras que llevan al Ministerio de Economía a subrayar que España “volverá a liderar a las principales economías avanzadas”. Los datos muestran que, en el segundo trimestre, Alemania se contrae un 0,3%, Italia se deja una décima y Francia avanza tres, según datos de Eurostat.
