Desde su fundación en el año 1986, la historia de la empresa especializada en soluciones de embalaje Controlpack ha estado muy vinculada con la industria del mueble. Antes de fundar la compañía, Manuel Viñals Allepuz trabajaba en una fábrica de sillas. “No había embalajes de calidad para hacer los envíos porque entonces se embalaba muy poco y con mi hermano vimos en esta necesidad no cubierta del mercado nuestra oportunidad”, recuerda Viñals. De este modo, la industria del mueble fue uno de los primeros clientes de Controlpack, que además se encuentra en la Sénia, considerada el país del mueble por la importancia del sector en este municipio del Montsià. Ahora, a las puertas de su cuarenta aniversario, esta empresa familiar vuelve a tocar madera con la adquisición de unas naves de 40.000 metros cuadrados que durante años fueron utilizadas por la industria del mueble.
“Este año hemos realizado la compra y el próximo año empezaremos las obras con la intención de que las nuevas instalaciones estén finalizadas y completamente en marcha en el 2028”, explica Viñals, quien indica que la inversión total será de 15 millones de euros. Ubicada en el polígono industrial les Mataltes, en la Sénia, la planta albergará un almacén automático, una zona de reciclaje de materiales plásticos y un espacio dedicado a la producción de láminas, tubos y bolsas de polietileno reciclado. Además, tendrá un espacio para la manipulación de papel y para la fabricación de cinta adhesiva y de film retráctil.
La empresa, que pertenece al grupo SPK, factura 60 millones y tiene filiales en Francia y Portugal
Está previsto que las nuevas instalaciones generen 20 puestos de trabajo y Viñals confía en que sean un revulsivo para la exportación, que en la actualidad representa el 5% del negocio.
Controlpack factura 60 millones, que representan prácticamente el 80% de la cifra de negocio del grupo SPK, al que pertenece la compañía. Para el año 2030, el cofundador de la compañía prevé que la facturación alcance los 75 millones de euros, mientras que el grupo llegaría a los 100 millones de euros. SPK, que tiene también su sede en la Sénia, está formado por seis empresas más, todas ellas dedicadas al embalaje.
Controlpack cuenta con filiales en Francia, Portugal y Cuba y planea expandirse a Rumanía y Marruecos. Además de para la industria de la madera y el mueble, la empresa trabaja para la logística y las compras en línea, la alimentación, la automoción, la industria química, la siderurgia, la construcción y el papel y cartón. Con 208 empleados (157 en Controlpack), el relevo generacional de SPK está de camino. Martí Viñals, hijo de Nicolás, dirige una de las empresas del grupo.
