Un año después de su fracaso en las elecciones presidenciales, el Partido Demócrata inició el martes su reconstrucción y dio un rotundo golpe sobre la mesa del presidente Donald Trump. Sus candidatos cosecharon victorias contundentes en todos los comicios estatales y locales en juego, superando con creces sus propias expectativas, y dieron al partido el impulso necesario para las legislativas del próximo año, que definirán la capacidad del presidente de avanzar su agenda en el Capitolio. En Nueva York, Virginia, Nueva Jersey, Pensilvania y California, representantes de las dos almas del partido, la moderada y la progresista, interpelaron con efectividad a sus votantes con campañas dispares, pero centradas en dos prioridades: el coste de la vida y el desafío autoritario de Trump.
En Nueva York, el socialista Zohran Mamdani obtuvo más del 50% de los votos y se convertirá, a sus 34 años, en el primer alcalde musulmán y el segundo más joven en la historia de la capital financiera. Con el establishment demócrata en su contra y demonizado por los republicanos, culminó un ascenso histórico a la primera línea política y aspira a liderar una renovación nacional del partido.
Cuando lanzó su campaña, en octubre del año pasado, Mamdani y su equipo se dieron un 3% de posibilidades de ganar. Pero su estilo comunicativo y su mensaje revolucionario, con el que ha invocado el poder del pueblo frente al capital, ha logrado conectar con el neoyorkino de a pie y despertar el entusiasmo de la clase trabajadora con la política y un Partido Demócrata que se había alejado de sus preocupaciones. Ha centrado su campaña en pocas propuestas pero ambiciosas: subir impuestos a los ricos para invertirlos en autobuses gratuitos, congelar los alquileres, guarderías públicas y tiendas municipales.
Los ciudadanos emiten un voto de rechazo a Trump en Nueva York, Virginia, Nueva Jersey, Pensilvania y California
El martes ganó con holgura a su principal rival, el exgobernador Andrew Cuomo, que se presentó como independiente tras perder las primarias contra él y, recibiendo el apoyo de Trump y Elon Musk, se vendió como el voto útil para los republicanos temerosos de un candidato que representa la antítesis del trumpismo. Mamdani obtuvo más de un millón de votos, casi el total emitido en los últimos comicios de Nueva York.
Con humor, optimismo y cercanía, pero un tono desafiante y confrontativo, el futuro alcalde entendió a la perfección el lenguaje de las redes sociales. Marcó distancias con sus adversarios, financiados por inversores como Bill Ackman, y articuló el discurso de los de abajo contra los de arriba.
“Defenderemos a quienes amamos, ya seas inmigrante, de la comunidad trans, una de las muchas mujeres negras que Trump despidió de un empleo federal, una madre soltera que aún espera que bajen los precios de los alimentos, o cualquiera con la espalda contra la pared”, dijo en su inspirador discurso de la victoria. “Nueva York seguirá siendo una ciudad de inmigrantes, construida e impulsada y, desde esta noche, dirigida por un inmigrante”.
El socialista Zohran Mamdani será, a sus 34 años, el primer alcalde musulmán de Nueva York
El optimismo demócrata no se quedó en Nueva York, cuya realidad política y social no es representativa del país, aunque sí influye enormemente en su debate público. En Virginia y Nueva Jersey, las demócratas Abigail Spanberger y Mikie Sherrill, de perfil moderado y más cercano al establishment, triunfaron con márgenes de doble dígito y se convertirán en gobernadoras. En California, la iniciativa del gobernador Gavin Newsom de redibujar el mapa electoral del estado para contrarrestar la manipulación de distritos republicana, obtuvo también un fuerte apoyo. En Pensilvania, los tres demócratas candidatos al Supremo estatal ganaron sus comicios y mantienen la mayoría.
Trump dijo ayer, durante un desayuno con senadores republicanos en la Casa Blanca, que “según los encuestadores” los republicanos fracasaron porque “el cierre de gobierno fue un gran factor negativo”, así como “el hecho de que yo no estuviera en las papeletas”. En realidad, estos comicios sí han sido un juicio a su autoritarismo, su proteccionismo y las políticas discriminatorias e ilegales que ha impulsado en los últimos nueve meses. De hecho, las campañas demócratas han canalizado el creciente rechazo a Trump en la sociedad, al que aprueba tan solo el 37%, según las últimas encuestas. “Lo que pasó anoche es que estados y ciudades demócratas votaron demócrata”, dijo el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, restándole importancia.
Abigail Spanberger, que logró el vuelco en Virginia, con seguidores en la noche electoral en Richmond
Con esta afirmación, olvidó el resultado de Virginia, donde la demócrata Spanberger destronó al actual gobernador republicano, Glenn Youngkin, un aliado de Trump. Se convertirá en la primera gobernadora mujer del Estado gracias a su campaña moderada, enfocada en el pragmatismo y en su capacidad de alcanzar acuerdos en tiempos de polarización. La excongresista obtuvo el 57,2% de los votos frente a la vicegobernadora Winsome Earle-Sears (42,6%), que juró lealtad a Trump.
El elevado coste de la vida y el desafío autoritario de Trump centran las campañas demócratas
“Esta noche, enviamos un mensaje a todos los rincones del país”, celebró Spanberger, cuya carrera se ha centrado en la primera preocupación de los estadounidenses, el coste de la vida, pero también en un rechazo feroz a la política económica de Trump. “Enviamos un mensaje al mundo entero: Virginia eligió el pragmatismo por encima del partidismo y el caos”.
En Virginia, vecina de Washington, es donde más se han notado los efectos del cierre de gobierno, que 36 días después ya se ha convertido en el más largo de la historia del país. Allí viven muchos de los funcionarios que trabajan en la capital, de entre los más de 650.000 a los que se ha suspendido de empleo y sueldo hasta que se supere el bloqueo en el legislativo. Si, como argumenta Trump, la congelación de los fondos ha sido un factor determinante, Virginia ha elegido al culpable.
En Nueva Jersey, la demócrata Sherrill también se llevó la victoria por un margen contundente (56,2% a 43,3%) y se convertirá en la primera mujer de su partido en gobernar el Estado. Aunque Nueva Jersey tiene una marcada tendencia progresista, su abultada victoria sirve para evadir el temor de un giro hacia Trump, que obtuvo avances significativos allí en las presidenciales de hace un año.
California aprueba la iniciativa de Newsom para contrarrestar la manipulación de mapas electorales republicana
“En 1777, Nueva Jersey fue uno de los primeros estados en elegir un lema: Libertad y prosperidad ”, recordó: “Mientras Trump se aleja de ese ideal, recortando el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria o la ley de atención médica, nosotros lucharemos por un futuro diferente. Nadie está a salvo cuando nuestros vecinos son atacados y se ignoran la ley y la Constitución”, añadió, en referencia a las redadas migratorias de la Administración y su invasión de competencias en estados demócratas, que promete desafiar.
En el bastión demócrata de California, los ciudadanos aprobaron la iniciativa de Newsom de redibujar los distritos de estado. La medida, que podría ayudar a los demócratas a sacar hasta cinco escaños representados hoy por republicanos, es una respuesta a la manipulación de mapas electorales de la derecha en varios estados republicanos, como Texas, Carolina del Norte y Misuri. La batalla del gerrymandering, la técnica de redibujar distritos para obtener mayor representación, determinará las próximas legislativas, que definirán la nueva composición de la Cámara de Representantes, dominada hoy por una estrecha mayoría republicana.
En su celebración, Newsom dijo a sus seguidores que el Partido Demócrata está “en ascenso, en pie, ya no a la defensiva”. Y llamó a los gobernadores de otros estados a dar un paso en la misma dirección y aprueben medidas similares. “Necesitamos que otros estados afronten este momento”, afirmó, argumentando que el control demócrata de la Cámara “pondría fin, de facto, a la presidencia de Trump tal como la conocemos”.
