Parecía que en la casa real danesa las cosas estaban más calmadas que en la vecina noruega, donde Marius Borg, el hijo de Mette-Marit, está en el punto de mira por sus denuncias de malos tratos y destrozo de propiedades reales en sus fiestas. En Dinamarca, el reinado del rey Federico ha empezado a ser cuestionado después de celebrarse el primer aniversario el pasado enero. Hay nuevos motivos y no se ha tenido que recurrir a su escapada a Madrid, cuando era príncipe, para encontrarse con Genoveva Casanova, aprovechando que su mujer María se encontraba de viaje fuera del país
El último escándalo de la casa real danesa ha sido la emisión de un documental titulado Los guardaespaldas drogados , que ha arrojado una sombra aún más inquietante sobre la institución. Bajo el lustre de los gorros de oso, los uniformes de gala y la solemnidad de los desfiles, la Guardia Real danesa –custodios de la familia real desde 1658– se enfrenta a acusaciones que la alejan del ideal de honor y disciplina: consumo de drogas dentro del cuerpo del que formó parte el propio Federico en 1986.
El escándalo empezó cuando el diario Se og Hør, muy beligerante con la monarquía,difundió imágenes de un miembro de la guardia esnifando cocaína sobre un sable en pleno cuartel. El documental añadió testimonios de antiguos guardias, que confirman lo que hasta ahora eran rumores: el desenfreno y los excesos dentro del cuerpo y los laxos controles antidopaje .
Este episodio de la guardia real se une a otro ocurrido en el 2020, en el que tres guardias fueron sorprendidos en servicio con síntomas de haber bebido, por lo que fueron multados con 3.500 coronas (470 euros) cada uno.
Sin embargo, la emisión del documental ha generado una gran controversia, a causa de las críticas continuas que están recibiendo Federico y María desde que son reyes. Se han cuestionado sus desapariciones y anulación de actos a los que tenían que asistir. La casa real siempre respondía que sus ausencias se debían a vacaciones privadas, principalmente en Tasmania (Australia), donde vive John Donaldson, el padre de la reina María, y que al parecer está delicado de salud, de ahí que hayan aumentado las visitas en los últimos meses.

La reina Margarita firma el acta de abdicación, en presencia del nuevo rey Federico X y del príncipe heredero Christian
Pero lo que más ha indignado a la opinión pública son los excesivos gastos de la familia real danesa. En este año que llevan en el trono, por ejemplo, se han descubierto aumentos de sueldo encubiertos a pesar de que nada más producirse la subida al trono del hijo de la reina Margarita se aumentó en un 15% la dotación anual de la casa real y además incluyeron una subvención extraordinaria para los gastos de mantenimiento de sus palacios. La casa real justificó entonces la subida diciendo que con la reina Margarita solo había un gasto, y que con la pareja ya eran dos más sus cuatro hijos. El resumen más incisivo ha venido de la mano de Se og Hør , que titulaba: “A mayor ingreso, mayor consumo”. “Los reyes de Dinamarca gastaron nada menos que 47.265.000 coronas danesas (más de 6,3 millones de euros) el año pasado en materia de bienes y servicios”. Esos gastos no incluyen la renovación ni el mantenimiento de residencias reales, que corre a cuenta del Estado. Tampoco son considerados bienes y servicios los salarios de los empleados, los gastos de vivienda, seguridad y suministros de la casa real.