Virginia Giuffre, quien fue víctima de trata sexual de Jeffrey Epstein y acusó de abuso al príncipe Andrés, aseguró esta semana haber sido víctima de un accidente de tráfico tras el que le quedaban “cuatro días de vida”. Aunque la colisión de su turismo con un autobús fue descrito como un “accidente leve” por la policía australiana, Virginia Roberts (antes Giuffre), de 41 años, dijo estar “lista para marcharme”.
El conductor del autobús, Ross Munns, coincide con los comentarios de la Policía de Australia Occidental sobre la leve colisión y desmiente el relato de Giuffre, a quien acusa de “exagerar” el accidente en una entrevista exclusiva con la versión web de Daily Mail. “Todo está exagerado, sé lo que pasó. Ni siquiera la vi a ella en el coche”, asegura revelando que la conductora del turismo era una mujer de 71 años.
Tras el accidente, en el que solo se dañó una de las luces posteriores traseras del turismo, ambos vehículos reprendieron la marcha sin presencia policial tras asegurarse que nadie había sufrido daños. Más tarde, ambas partes dieron conocimiento de los hechos a la policía, momento en el que se informó queuna mujer de 41 años iba en el coche y había sufrido daños que por el momento no se han especificado.
Munns explicó que el accidente ocurrió después de haber seguido a un Toyota Highlander blanco que circulaba lentamente durante tres kilómetros antes de decidir adelantarlo cuando iba a menos de 75 km/h y era seguro para él hacerlo, alrededor de las 15:00 del lunes pasado. El autobusero declaró que llevaba a unos 29 niños a bordo cuando inició la maniobra de adelantamiento y que el coche giró repentinamente invadiendo el carril contrario sin señalizar, por donde adelantaba el autobús, para entrar en una propiedad rural al norte de Perth.
Añadió que se detuvo de inmediato y fue a ver cómo estaba la conductora, quien también se había detenido, y que la mujer de 71 años estaba segura de que no estaba herida. El autobusero cuenta que llamó por teléfono a la conductora como cortesía para comunicarle que había informado del accidente a la policía y ella le devolvió la llamada al día siguiente para decirle que había otro pasajero en el coche que había sufrido un hematoma en el ojo.
Munns cuenta que el impacto fue tan leve que su Roo Bar, la protección diseñada para proteger su autobús de los daños causados por los canguros en la carretera, no sufrió ningún daño. “Ni siquiera tomé una foto porque no estaba justificado”, asegura. Y explica que denunció el accidente a la policía porque le “pareció un poco sospechoso”, ya que no es necesario presentar una denuncia policial por un accidente de tráfico si los daños son inferiores a 2000 dólares. Otro dato que no encaja es que Giuffre asegura que la colisionaron a 110 km/h cando los autobuses en Australia Occidental están limitados a 100 km/h.
Por su parte, Giuffre, a través de un portavoz, declaró el martes que la publicación sobre sus lesiones y la selfie de su rostro magullado se publicaron en su perfil de Instagram público por error y que solo debía estar en su página privada de Facebook, aunque todavía no ha borrado la publicación de su perfil público.

El rey Carlos III, la princesa Ana, el príncipe Andrés (sin uniforme militar) y el príncipe Eduardo en el funeral de Isabel II en el 2022.
En el 2021, Giuffre aseguró en una demanda civil que Jeffrey Epstein la obligó a mantener relaciones sexuales con el príncipe Andrés, el tercer hijo de la reina Isabel II de Inglaterra, en al menos tres ocasiones cuando ella tenía 17 años a cambio de 15.000 dólares. Su denuncia incluía una foto del príncipe Andrés abrazando a Giuffre mientras Maxwell, expareja de Epstein, sonríe a la cámara desde el fondo de la imagen. El príncipe Andrés, duque de York, siempre ha negado esas acusaciones y defendía firmemente su inocencia, pero cuando se hizo pública la demanda se propició un acuerdo extrajudicial para no eclipsar el jubileo de platino de Isabel II.
El príncipe y Giuffre firmaron el acuerdo en el 2022 poniendo fin a las reclamaciones legales de ella en Estados Unidos. Bajo los términos acordados, de los que no se revelaron detalles, el príncipe hizo una “donación sustancial a la organización benéfica de Giuffre”. Por su parte, este caso supuso que el hermano de Carlos III se quedara sin honores en la familia real británica, sin cargos en el ejército británico y con su reputación arruinada al no depurarse las acusaciones de Giuffre en un juicio.