En privado con...
Toni Acosta se somete a 'En privado con...': un personaje y cinco preguntas a quemarropa sin darles la oportunidad de pensar más allá de dos o tres segundos de cortesía
Toni Acosta (La Orotava, Tenerife, 1972) se formó en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid y aunque su rostro se convirtió en famoso por Policías, en el corazón de la calle, su personaje de la inspectora Molina en Los hombres de Paco la catapultó al afecto colectivo. Acosta actúa con la misma naturalidad que vive, tal como hemos comprobado en Señoras del (h)AMPA, Deudas o en Madres. Amor y vida, donde su fuerza dramática borda lo emocional sin necesidad de subrayados.
Hace teatro, cine y televisión, comedia y monólogo, incluso podcasts. Ha colaborado con Eva Hache, Sílvia Abril y Andreu Buenafuente, dejando claro que el humor inteligente y la actitud no están reñidos con la profundidad. Acaba de publicar su primera novela, Un caracol en mi armario (Harper Collins) y, pendiente de estrenar Padre no hay más que uno 5, representa en teatro la función Madre no hay más que una y ha rodado en su tierra A una isla de ti. Hoy se somete a nuestro cuestionario más descarnado.
Toni Acosta en cinco preguntas
Si tuvieras una segunda vida, ¿qué cambiarías de esta o a qué te dedicarías?
Me dedicaría a ser actriz antes de estudiar Derecho. Haría cosas antes de lo que las he hecho.
Si pudieras tener una cena con alguna persona viva, muerta, histórica, actual del pasado, ¿a quién elegirías?
Yo creo que con Brad Pitt. No me voy a poner intensa: me gusta Mario Vargas Llosa, me ha leído todo de Gabriel García Márquez, pero para cenar, con Brad Pitt.
¿Cuál es el hábito más raro que tienes y que crees que nadie más comparte?
Te vas a morir en la risa: yo durante el día hago 50 flexiones y 50 sentadillas, esté donde esté. Si cuando me voy a ir a dormir no he podido hacerlas –porque las suelo hacer en series de 15– las hago antes de dormirme.
¿Cuál es tu amor platónico?
Paul Newman. El único problema de Paul Newman es que existió y no se puede soñar con nadie mejor. Estuvo casado con su mujer 45 años. Y encima era muy buena persona, era buena gente, no le importaban los premios y no podía ser más guapo.
¿Qué es lo más extraño que llevas en el bolso?
Pues voy a comprobarlo ahora mismo. A ver... Mira: una foto polaroid de una función muy chula que se llamaba El fin, que hice en el Teatro Español y que trataba sobre un apagón, lo que pasó hace unas semanas. Al día siguiente les comentaba a todos los de la compañía que mi hija me dijo: ‘Mama, yo pensaba que estábamos en tu obra, El fin, era todo igual’. bueno, salvo que la protagonista de la función se encontraba a su hijo saqueando El Corte Inglés, así que le respondí que estaba muy contenta de haberla encontrado en casa al llegar (risas).