Amy Odell lanza hoy su biografía (no autorizada) de Gwyneth Paltrow, actriz, empresaria y, según ese relato, un filón para amantes del chafardeo. Tiene de todo, sexo, dietas y rock&roll (por vía exmarido).
La autora publicó previamente un libro dedicado a Anna Wintour ( Anna , 2022), la poderosa dama de la moda. Después de ese reto, “empecé a pensar sobre otras figuras públicas que han tenido impacto real en la cultura”, argumenta Odell.
Y su elección fue esta actriz prodigio – nepo baby , hija de la también actriz Blythe Danner y el productor Bruce Paltrow– con debut en el teatro a los ocho años (junto a su madre) y Oscar a la mejor interpretación a los 26 por Shakespeare in love .
A sus 52 años, Paltrow es la fundadora de la compañía Goop (marca de estilo de vida de lujo, como velas con aroma de vagina), autora de cuatro volúmenes de cocina (cuenta Odell que “teme a la obesidad”) y mujer de relaciones íntimas con tipos envidiados por muchas.

Gwyneth Paltrow junto a su madre, la actriz Blythe Danner
Sin mediar palabra con Paltrow y a partir de más de 220 entrevistas (Gay Talese hizo tal vez el mejor perfil que existe de Frank Sinatra y no habló con él), Odell configura en Gwyneth un puzle con cara y reverso.
De esas páginas se desprende que, detrás de la escena, Paltrow es muy diferente de su personaje público, generalmente reservado, en particular en el dormitorio. Es el contraste entre la gata y la pantera. “Era el lado obsceno que sus amigos conocían bien, pero que la gente no veía”, escribe la autora.

Ben Afleck y Gwyneth Paltrow
Sostiene que el actor Ben Affleck, con el que estuvo emparejada desde finales de 1997 a 2000, le daba mucho placer con sus prácticas sexuales (de alguna se deja constancia) y le “atraía su intelecto”. Se conocieron en una cena organizada por Miramax poco después de que Paltrow rompiera con Brad Pitt, y fue el comportamiento autodestructivo de Affleck, con sus adicciones al alcohol y las apuestas, lo que les separó.
“La química que había entre los dos no pudo superar los impulsos (de Aflleck)”, añade. Los amigos de Paltrow tenían reservas sobre él porque no siempre correspondió al afecto que ella le profesaba.

Brad Pitt y Gwyneth Paltrow
Queda claro que, si alguien ha estado cerca de ella, tiene muchos números para llevarse unos mandobles. Así le ocurre a Brad Pitt, con el que tuvo una relación a partir de 1994. Se conocieron en una audición (ella no fue elegida), y luego coincidieron en el plató de Seven . Llegaron a comprometerse, pero rompieron en 1997 al poco de hacer ese anuncio.
La biografía describe un noviazgo extraño, “por una crianza muy diferente”, entre la chica pija, de alta cuna, acostumbrada a la etiqueta y el protocolo, y Pitt, de Misuri, hijo de un camionero y de una consejera escolar. Paltrow, conocida por sus consejos gastronómicos poco ortodoxos, aleccionaba a su pareja sobre gustos.
“Cuando vamos a los restaurantes y pedimos caviar, tengo que decirle a Brad, esto es beluga, esto es osetra”, afirmó en una ocasión la actriz, declaración que Odell ha incluido.

Chris Martin y Gwyneth Paltrow
Esa diferencia de estatus social es lo que propició que ella sintiera atracción por Hugh Grant en 1996. “A sus amistades les comentó que su relación con Pitt estaba llena de celos, que él se sentía amenazado por el éxito y la atención que ella recibía”, relata. Esto no quita que en el 2000, al anunciar su boda con Jennifer Aniston, Paltrow replicó: “Tiene un pésimo gusto en mujeres” y “es un saco de...”.

Gwyneth Paltrow con su actual marido Brad Falchuk
Hoy está casada con el productor Brad Falchuk. Antes, contrajo matrimonió con Chris Martin, con el que tuvo dos hijos (Apple y Moses) antes de separarse en el 2016. Martin es el líder de Coldplay, de actualidad por la kisscam que pilló la infidelidad del director ejecutivo y la jefa de recursos humanos de Astronomer. Ambos han dejado la empresa.
Odell se enfrenta al problema de un trabajo incompleto al elegir a una mujer de 52 años con un futuro por delante. En su biografía no aparece la cuadratura del círculo de Paltrow. Astronomer la ha fichado para limpiar su imagen tras la crisis impulsada por su exmarido.