Ser padre o madre es una de las experiencias más transformadoras de la vida, pero también una de las más duras y exigentes. Llevar adelante un hogar, educar a los hijos y, al mismo tiempo, atender las responsabilidades diarias puede ser abrumador para muchas personas, que atraviesan bajones emocionales, se castigan y se cuestionan constantemente.
En muchas ocasiones, los padres son incapaces de apartar los agobios acumulados y terminan tratando a sus hijos desde la vulnerabilidad emocional y el estrés, lo que a su vez se convierte en motivo de autoflagelación y dudas sobre si están haciendo un buen trabajo como tutores. Sin embargo, tal como han señalado numerosos expertos en salud mental, nadie puede exigirse a sí mismo ser incansable, mantenerse fuerte en todo momento e impasible ante los pequeños malestares del día a día.

Madre cansada
En una de sus últimas publicaciones en Instagram, la terapeuta Milena González, conocida popularmente como 'Mi mamá psicóloga', abordó esta situación y compartió una profunda reflexión con sus más de dos millones de seguidores: ''Cuando una mamá dice que está harta, no está diciendo que no ama a sus hijos. Dejemos de juzgar y criticar''.
Según compartió, es común tener pensamientos intrusivos como ''Debería estar agradecida'', ''Los busqué y ahora me quejo'', ''Hay gente que daría todo por estar en mi lugar'', etc. De hecho, es normal experimentar estas sensaciones cuando estás cansada o agobiada: ''Duele pensarlo, pero más duele callarlo. Porque amar mucho a nuestros hijos no significa que no podamos sentirnos cansadas. El cansancio es una señal de algo que necesitamos, no un fallo nuestro''.
González aclaró que está bien experimentar contradicciones internas, como sentir un amor inmenso y, al mismo tiempo, la necesidad de distancia; alegría y hartazgo; orgullo y duda constante; cansancio y agradecimiento. Esta dualidad no convierte a nadie en una mala madre, sino en un ser humano que se frustra, se duele y siente.
A veces es necesario parar
A modo de conclusión, la psicóloga señaló que, si alguna de sus seguidoras se sentía identificada con lo expuesto, la solución no es ''arreglar'' cómo se siente, ni taparlo ni compararlo. La respuesta a esta situación es ponerle nombre, reconocerlo y hablarlo con alguien de confianza.
''Para un momento. Aléjate del 'tengo que...'. Ubícate en el presente y en cómo te sientes. Suelta expectativas y acepta ese respiro como una forma de cuidarte. A veces, una pausa real no cambia el día, pero sí cambia la sensación en tu cuerpo'', sentenció la creadora digital.