Sarah Ferguson ha sido apartada este lunes de dos organizaciones benéficas tras las revelaciones sobre su contacto estrecho con el difunto pedófilo Jeffrey Epstein. La organización benéfica de cuidados paliativos infantiles Julia's House declaró este lunes que sería “inapropiado” seguir colaborando con la duquesa de York tras la publicación de sus disculpas a Epstein en un correo electrónico en el que se dirigía a él como “su amigo supremo” después de la primera condena (2008) al financiero.
“Tras la información compartida este fin de semana sobre la correspondencia de la duquesa de York con Jeffrey Epstein, Julia's House ha decidido que no sería apropiado que ella continuara como mecenas de la organización benéfica. Hemos informado a la duquesa de York de esta decisión y le agradecemos su apoyo en el pasado”, sentencia la organización.
Tras ese primer cese, cinco organizaciones más con las que colaboraba la duquesa han anunciado medidas similares. Hasta el momento, Teenage Cancer Trust, British Heart Foundation, la fundación de investigación de alergias Natasha, la organización benéfica Prevent Breast Cancer y la organización benéfica Children’s Literacy han apartado a Ferguson este lunes.
Sarah Ferguson junto a su exmarido, el príncipe Andrés, la semana pasada en el funeral de la duquesa de Kent.
En el correo, supuestamente enviado desde la cuenta personal de la ex esposa del príncipe Andrés en abril del 2011, Ferguson se disculpaba con Epstein por haberlo vinculado con la pedofilia en una entrevista un mes antes en la que decía arrepentirse de haber aceptado dinero del millonario estadounidense y prometía distanciarse de él.
“Sé que te sientes terriblemente defraudado por mí por lo que te han podido decir o has leído y debo disculparme humildemente por eso. Siempre has sido un amigo fiel, generoso y supremo para mí y mi familia”, habría escrito la duquesa a Epstein, según publicó Daily Mail el domingo. “Como sabes, no dije, absolutamente no, la palabra con P [pedófilo] sobre ti pero entiendo que se divulgó que lo dije”, continúa el correo.
La duquesa de York se refiere a la entrevista publicada en marzo del 2011 por el diario Evening Standard, en la que, al ser preguntada por las 15.000 libras (17.206 euros) que aceptó de Epstein, Ferguson dijo: “Aborrezco la pedofilia y cualquier abuso sexual infantil y sé que esto fue un gigantesco error de juicio por mi parte. Cuando pueda, devolveré el dinero y no volveré a tener nada que ver con Jeffrey Epstein nunca más”.
Sarah Ferguson en otra imagen de archivo.
Estas nuevas revelaciones sobre la amistad entre Epstein y Ferguson llegan una semana después de que el mismo medio revelara la existencia de 100 correos electrónicos inéditos que contradecían la versión oficial del duque de York sobre su relación con el delincuente sexual. Según el medio británico, múltiples fuentes han revelado que estos correos son potencialmente “incriminatorios”.
Los mensajes de los que habla el tabloide británico mostrarían que Andrés y Epstein mantuvieron contacto en febrero del 2011, varios meses después de que el príncipe asegurara públicamente que había roto cualquier lazo con él. La correspondencia incluiría invitaciones y conversaciones que ponen en duda la cronología defendida hasta ahora por el propio duque en varias declaraciones.
Sarah Ferguson junto a una de sus hijas, la princesa Beatriz.
Epstein enfrentó sus primeros problemas legales en el 2005, cuando fue acusado en Florida de abusar de una menor. En el 2008 logró un acuerdo judicial muy criticado que le permitió declararse culpable de un cargo menor y cumplir solo 13 meses de cárcel en condiciones flexibles, lo que lo salvó de un proceso federal mucho más grave. Durante la siguiente década continuó con su vida de lujos y su red de contactos influyentes, aunque siguieron apareciendo demandas civiles y denuncias de víctimas.
La situación cambió en el 2018 con la investigación del Miami Herald, que reveló la magnitud de los abusos y el alcance del encubrimiento. En julio del 2019, Epstein fue arrestado en Nueva York acusado de tráfico sexual de menores y conspiración, hallándose pruebas en su mansión de Manhattan. Un mes después, en agosto del 2019, murió en su celda en circunstancias oficiales de suicidio, lo que desató teorías de conspiración y empezó la caza de brujas contra todos los que antaño fueron cercanos a él.


