Así era Lydia Lozano en su debut en televisión en 1990, en el programa 'Hablando se entiende la gente’ de Telecinco antes de triunfar con ‘Tómbola’: “Ni tengo un Jaguar ni vivo en La Moraleja”

Primeras veces

Coincidiendo con su reciente regreso a Mediaset como colaboradora de ‘¡De viernes!’, recordamos su sorprendente estreno televisivo hace 35 años en un debate sobre tribus urbanas

Vertical

Lydia Lozano, en una imagen de archivo.

Terceros

El 2023 será por siempre un año que los colaboradores del extinto Sálvame de Telecinco nunca olvidarán. Tras 14 años en emisión, la cadena decidió poner punto final a uno de sus buques insignia, dejando fuera de su parrilla a prácticamente todos los que fueron caras visibles del mismo. Entre ellos Lydia Lozano, que rápidamente encontró hueco en La 1 como tertuliana de Mañaneros e incluso concursante de Baila como puedas. El caso es que el nuevo curso televisivo ha llegado con sorpresa.

La periodista madrileña ha regresado a Mediaset en septiembre de este año como colaboradora de ¡De viernes!, recuperando así el espacio que ocupó durante décadas en la crónica social televisiva. Una vuelta cargada de emoción que coincide con el aniversario redondo de su primera vez en la pequeña pantalla, allá por 1990, en una Telecinco aún en pañales. Han pasado 35 años desde aquel momento y, aunque mucho ha llovido, esa aparición sigue siendo una curiosidad televisiva que merece ser rescatada.

“Ni tengo un Jaguar…”

Una ‘niña bien’, entre ‘punkies’ y ‘heavies’

Corría el 6 de noviembre de 1990 cuando Lydia pisaba por primera vez un plató como invitada del programa Hablando se entiende la gente, presentado por José Luis Coll. En aquella tertulia, centrada en las tribus urbanas, intervenía como representante de las llamadas ‘niñas bien’, aunque ella misma se encargaba de matizar el concepto con una frase: “Ni tengo un Jaguar ni vivo en La Moraleja”.

Lydia, en 'Hablando se entiende la gente' en 1990.

Lydia, en 'Hablando se entiende la gente' en 1990.

Telecinco

Vestida para la ocasión con un look que respondía al cliché que el programa le asignaba, compartía mesa con heavies, punkies y otros perfiles urbanos muy alejados del suyo. Aun así, su discurso fue claro: no se sentía una niña de papá y defendía que su generación era luchadora. “Saltamos barreras”, decía entonces, refiriéndose a las limitaciones impuestas por los prejuicios sociales, aunque la suya, admitía entre risas, era que le gustaba la minifalda.

Con la seguridad de quien conoce el medio, aunque aún no lo domina, Lozano también habló de su etapa universitaria, a la que describió como la más divertida de su vida. Curiosamente, en aquel momento ya estaba casada con su actual marido, Charlie, aunque evitó mencionar su nombre durante la emisión. Su intervención fue breve, pero dejó huella. Espontánea, provocadora y sin pelos en la lengua. Esas cualidades que con el tiempo terminarían por definir su personaje televisivo.

“Ni siquiera tenía ganas de salir de fiesta”

Su vuelta a Telecinco tras dos años fuera

En septiembre de 2025, Lydia regresaba por fin a la que considera su casa: Telecinco. Lo hacía como colaboradora del programa ¡De viernes!, presentado por Santi Acosta y Beatriz Archidona. “Cuando pasaba por la calle de Telecinco tenía que taparme los ojos”, confesó nada más pisar plató. Reconocía que lo había pasado mal durante su ausencia: “No era yo misma, ni siquiera tenía ganas de salir de fiesta”.

Lydia Lozano, en su reaparición en '¡De viernes!'.

Lydia Lozano, en su reaparición en '¡De viernes!'.

Telecinco

Su entrada vino acompañada con música, emoción contenida y un reencuentro con Acosta que no estuvo exento de tensión. El presentador le recordó en directo que en el pasado le había llamado “el peor presentador de Telecinco”. Lydia, visiblemente incómoda, respondió con sinceridad y pidió un gesto de reconciliación: “¿No me vas a dar ni dos besos? Lo comprendo, con todo lo que he dicho de ti”.

La cuestión es que el retorno a Mediaset fue también, en palabras de la propia Lozano, una liberación. Durante su tiempo fuera, apenas celebró su cumpleaños y llegó a rechazar una oferta previa para mantener su fidelidad a TVE. “No me he ido de un barco para subirme a otro”, dijo. Con estas palabras, dejaba claro que su vínculo con Telecinco va más allá de lo laboral. Es emocional, casi biográfico. 

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