Fernando Tejero, uno de los rostros más icónicos de la televisión española, ha compartido algunos detalles sorprendentes sobre cómo se vivía el rodaje de dos de las comedias más queridas y seguidas del país: Aquí no hay quien viva y La que se avecina.
En su reciente visita al pódcast Poco se habla!, presentado por Xuso Jones y Ana Brito, el actor recordó con franqueza el exigente ritmo de trabajo que marcó sus inicios en la serie que marcó a toda una generación.
18 horas de rodaje y guiones de 25 páginas para el día siguiente
“En La que se avecina se ha currado mejor”
“En Aquí no hay quien viva hacíamos un capítulo en tres días y grabábamos durante 18 horas”, reveló Tejero, quien interpretó al inolvidable portero Emilio. “Y luego, cuando terminabas, te daban a lo mejor 25 páginas para el día siguiente que te lo aprendías en el coche de producción camino a tu casa... Ese era el nivel”, añadió, dejando entrever la intensidad del rodaje.
El actor, sin embargo, no lo dice con rencor, sino como parte del aprendizaje profesional. “De todo se aprende. Esta profesión afortunadamente es una carrera de fondo y no terminas nunca de aprender, y todo eso sirve”, reflexionó.
En contraste, Tejero también habló de su experiencia en La que se avecina, donde interpreta a Fermín Trujillo. “En La que se avecina, no. Se ha currado mejor. Eran otras circunstancias también”, explicó. El cambio en los ritmos de grabación, la organización del equipo y la experiencia acumulada parecen haber hecho que el rodaje fuera más sostenible.
Las palabras de Tejero han reavivado el eterno debate entre los fans sobre cuál de las dos series es mejor. En redes sociales, los comentarios no tardaron en aparecer: “Prefiero 100.000 veces Aquí no hay quien viva a La que se avecina”, afirmaba una usuaria. “Pues para hacer un capítulo en tres días, era mejor que La que se avecina”, escribía otro. Aunque también hubo defensores de la segunda serie, señalando su evolución, longevidad y éxito continuado.
En resumen, sea cual sea la favorita del público, lo cierto es que ambas comedias han dejado una huella imborrable en la televisión española. Y escuchar a Fernando Tejero compartir su experiencia desde dentro, además de alimentar la nostalgia, también pone en valor el esfuerzo y el oficio detrás de las risas.


