Tenía Alicia diez años cuando Charles Lutwidge Dodgson, alias Lewis Carroll, profesor de matemáticas en Oxford, le contó un cuento. En él la pequeña caía por un agujero persiguiendo a un conejo y desembocaba en un mundo subterráneo habitado por criaturas antropomórficas y regido por reglas aparentemente absurdas.
El divertido relato se hallaba repleto de guiños matemáticos con referencias al álgebra y la lógica, disciplinas que su tímido autor dominaba. Avezado divulgador a través de juegos y problemas, la narración pretendía adentrar a la pequeña en dichas materias. Tras la insistencia de Alicia, Charles decide publicarla.
Alice Liddell en 1860, vestida como Reina de Mayo y fotografiada por Lewis Carroll.

