Estas son historias de aventureros, personas que construyeron su vida lejos de su lugar de origen. Algunos, no obstante, lo hicieron por obligación.
William Patrick Hitler (izqda.) fue dado de baja con honores por la US Navy en 1946
El sobrino de Hitler. Al parecer, ser sobrino del führer no era fácil. Tras no hallar las oportunidades que buscaba en Alemania (donde fue detenido en la Noche de los Cuchillos Largos por nazis que no se creyeron su parentesco), Patrick Hitler intentó abrirse camino en el Reino Unido y después en EE.UU.. Allí durante la guerra fue un activista contra el nazismo e ingresó como sanitario en el ejército. Después cambió su apellido. Su caso recuerda el de Svetlana Alilúyeva, hija de Stalin.
Cuatro de las hermanas Mitford; Jessica, arriba a la derecha
La aristócrata rebelde. Jessica Mitford fue una disidente en su familia de origen aristocrático. De sus hermanas, una acabó casándose con Oswald Mosley, el líder fascista británico, y otra, ferviente admiradora de Hitler, se suicidó cuando el Reino Unido declaró la guerra a Alemania. Jessica, sin embargo, marchó a defender la República al inicio de la Guerra Civil junto con su marido Esmond Romilly, un caso que causó gran consternación en la crónica social de la época.
Detalle de 'San Onofrio', c. 1629, José de Ribera, el Españoleto
El pintor camorrista. Entre los grandes maestros de la pintura era frecuente desarrollar su actividad lejos de su lugar de origen. Es el caso del valenciano José de Ribera, Lo Spagnoletto, uno de los más conocidos tenebristas del siglo XVII, cuya vida estuvo tan llena de claroscuros como su pintura. Bohemio, moroso y con unas prácticas al parecer no muy lejanas a las de la camorra, este artista se labró en su tiempo una dudosa fama.
Catalina de Aragón defendiendo su causa ante el rey Enrique VIII
La protagonista sin pretenderlo. No se puede decir que Catalina de Aragón eligiera libremente su destino, pues en su época una mujer de la realeza era una moneda de cambio en los juegos de alianzas europeos. Pero su camino la llevó a estar en el centro de la historia cuando Enrique VIII decidió divorciarse de ella y, en consecuencia, romper con Roma. Gran parte del pueblo inglés, sin embargo, era partidario de la hija de los Reyes Católicos.
Más allá
Un prototipo de Avrocar
Un platillo volante de verdad. La cuenta de X de los Archivos Nacionales de Estados Unidos recoge esta corta filmación del vuelo de un Avrocar, un prototipo secreto desarrollado por las fuerzas aéreas de ese país parecido a un espectacular platillo volante. El aparato nunca llegó a entrar en servicio por sus problemas de estabilidad, pero las imágenes reflejan la envergadura de los esfuerzos tecnológicos invertidos en la guerra fría.
¿Cuánto valía el color más caro? En la Antigüedad el púrpura era el color del poder porque solo los poderosos podían permitirse vestir con esta tonalidad, obtenida a partir de un molusco llamado múrex. La cuenta de Youtube Told in Stone se pregunta cuánto costaba en realidad: según sus estimaciones, una libra de tela púrpura valía 75.000 denarios, es decir, el equivalente a casi 40.000 cervezas egipcias (suficiente para una fiesta bien abastecida), 2.500 pollos o dos esclavos y medio.
Déjà vu
Gobernantes efímeros. El ex primer ministro francés Sébastien Lecornu ha dimitido esta semana después de ostentar el cargo desde el 9 de septiembre, pero solo catorce horas después de haber formado gobierno, lo que convierte a su ejecutivo en uno de los menos longevos de la historia de su país y que evidencia la inestabilidad política por la que atraviesa el país que preside Emmanuel Macron.
La historia, sin embargo, es rica en gobernantes fugaces. También en Francia, Alexandre Ribot ostentó la presidencia del gobierno en varias ocasiones; en una de ellas, en junio de 1914 durante solo cuatro días. Édouard Daladier también ejerció este cargo varias veces, pero en 1934 durante solo siete días antes de dimitir. Pero el récord absoluto de la política gala corresponde al duque de Montemart que solo tuvo esta responsabilidad durante unas horas, pues su mandato fue interrumpido por la revolución de 1830 que expulsó del poder a Carlos X.
Pedro Lascuráin Paredes
A escala mundial probablemente el gobernante más fugaz sea Pedro Lascuráin Paredes, que fue presidente interino de México durante 45 minutos en 1913, “prácticamente no le dio tiempo más que para firmar con su nombre completo”, ironizaba esta semana Politico: Pedro José Domingo de la Calzada Manuel María Lascuráin Paredes.
Si la lista se amplía a monarcas, el rey más efímero también hay que buscarlo en Francia. Se trata de Luis XIX, hijo de Carlos X, que tras la abdicación de su padre en el marco de la revolución de 1830 se mantuvo en el poder durante 20 minutos, tiempo suficiente para renunciar a su vez a la corona.
