En las elecciones generales anticipadas que celebra Alemania el próximo domingo se libra una batalla paralela más allá de la lid principal entre los grandes partidos que aspiran a gobernar. Es la batalla que enfrenta al partido izquierdista Die Linke y a la formación que se escindió de sus filas hace algo más de un año, la inclasificable Alianza Sahra Wagenknecht (BSW, sus siglas en alemán), que combina elementos de izquierdas con argumentos clásicos de la derecha.
La BSW inició su andadura oficial en enero del 2024 y navegó viento en popa durante todo el año con buenos resultados en las elecciones europeas (6,2%) y en los comicios de tres länder del este, mientras la quebrantada Die Linke se lamía las heridas, perdía fuelle y acumulaba derrotas.
Los sondeos apuntan a que el izquierdismo antiinmigración de la BSW podría quedarse fuera del Bundestag
Ahora, sin embargo, a escasos días de la jornada electoral, se han invertido las tornas. Según los sondeos, Die Linke se mueve entre el 6% y e incluso el 9% de intención de voto, mientras que la BSW pugna por llegar al 5%. La mediática diputada Sahra Wagenknecht, figura de la izquierda y con gran tirón en el este del país, dio el portazo a Die Linke en octubre del 2023 llevándose a otros nueve diputados. En enero del 2024 fundó el nuevo partido a su imagen y semejanza, y le puso su nombre.
Con postura antiinmigración, prorrusa, eurófoba y de defensa de los combustibles fósiles, y con un discurso populista, consiguió crecer. El cordón sanitario a la ultraderecha permitió a la BSW convertirse en actor indispensable para la forja de coaliciones de Gobierno regional: desde el pasado diciembre es socia de gobierno de la democristiana CDU y el socialdemócrata SPD en Turingia, y del SPD en Brandemburgo.

Gregor Gysi, candidato de Die Linke a un mandato directo en un distrito de Berlín, el 10 de febrero en la capital
Mientras, Die Linke penaba y sufría, y caía al 4% en sondeos. En plena desesperación, el partido recordó la vía alternativa de ingreso en el Bundestag que en las elecciones del 2021 le permitió obtener escaños pese a haber recibido solo el 4,9% de votos: conseguir tres mandatos directos.
En el sistema alemán, cada elector emite dos votos: uno a la lista de partido (cuyo resultado se expresa en porcentaje), y otro a un candidato directo en su circunscripción. Si un partido logra tres, tiene derecho a representación parlamentaria aunque no alcance el 5% en la votación de las listas.
Die Linke ha colocado a tres de sus rostros más respetados como candidatos a mandato directo en tres circunscripciones donde son personas muy populares: Gregor Gysi, de 77 años, en un distrito de Berlín; Bodo Ramelow, de 69, expresidente de Turingia, en Weimar-Erfurt; y Dietmar Bartsch, de 66, en Rostock. Como los tres peinan canas, el partido ha bautizado la operación como Mission Silberlocke (Misión Rizos de Plata).
'Misión Rizos de Plata'
Die Linke ha colocado a tres rostros muy populares en sus circunscripciones para intentar ganar tres mandatos directos, la otra vía de acceso al Bundestag
“Los tres decidimos volver a asumir responsabilidades en un momento en que el partido atravesaba una crisis existencial porque bastante gente se había ido con Sahra Wagenknecht”, explica Gregor Gysi en un encuentro con corresponsales extranjeros. “Tras el último congreso, empezamos a notar de nuevo una imagen unida, gente joven, pasión, voluntad de luchar y volver a poner las cuestiones sociales en primer plano, ocuparnos del este...”, dijo el veterano político.
Gregor Gysi, que tiene fama de optimista dentro de su partido, aseguró que ahora lo es en dos aspectos. “Creo que superaremos la barrera del 5% y creo que también lograremos tres mandatos directos”, afirmó, convencido. Por lo que respecta a la lista de partido, Die Linke no presenta a un candidato a canciller en sentido estricto, sino un dúo como cabeza de lista, mujer y hombre, según su costumbre: Heidi Reichinnek, de 36 años, y Jan van Aken, de 63.
Sahra Wagenknecht, de 55 años, formó parte del dúo de candidatos de Die Linke en las elecciones generales del 2017, precisamente con Dietmar Bartsch, uno de los tres canosos en busca de mandato directo. Ahora ella es la candidata a canciller de la BSW, donde tras un año de buena fortuna empieza a cundir el temor a no alcanzar el 5% de votos y a quedarse fuera del Bundestag. La BSW no dispone de tres nombres tan estimados en sus respectivas circunscripciones como para aspirar a entrar en el hemiciclo por esa otra vía.
“Somos conscientes de la tendencia actual en los sondeos”, dijo Christian Leye, secretario general de la BSW, en otra reunión con la prensa extranjera en Berlín. “Somos un partido joven, y hemos conseguido cosas que ningún partido en Alemania había logrado en el año de su fundación –prosigue Leye–. Hemos tenido éxito en las elecciones europeas con un 6,2%; y después en las elecciones en tres länder obtuvimos en cada una resultados de dos dígitos, y por tanto ahora participamos en dos Gobiernos regionales”.
En efecto, en septiembre del 2024, Alianza Sahra Wagenknecht triunfó en los comicios en tres länder, todos ellos del este: Turingia (15,8%), Brandemburgo (13,5%) y Sajonia (11.8%). Sin embargo, el escenario federal se presenta ahora mucho menos propicio. “Hay que ser honestos, claro que está difícil –admitió Leye–. Nunca nadie ha conseguido entrar en el Bundestag en los primeros tiempos de su fundación”.