Oswald sigue siendo “el único culpable” en un primer vistazo a los papeles del caso Kennedy

Nuevos documentos

El gobierno de EE.UU. saca a la luz informes que estaban clasificados mientras los historiadores dudan de que haya nada que dé un vuelco al relato oficial y los conspirativos seguirán con la idea de que hay engaño

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Documentos relacionados con el asesinato del presidente John F. Kennedy, en 1963, aparecen desplegados una vez que el gobierno los ha sacado a  la luz 

Carlos Barria / Reuters

En una primera aproximación al laberinto de documentos desvelados la noche del martes sobre el asesinato de John F. Kennedy, expuestos sin ningún tipo de orden ni anotación que sirva de guía, emerge una imagen de cómo era aquella época de la Guerra Fría, con espías por aquí y por allá a causa del choque con la extinta Unión Soviética o por el desafió de la Cuba de Fidel Castro.

¿Y que hay del caso, que hay del magnicidio? Por ahora, y tal como también describen The New York Times y otros medios estadounidenses, Lee Harvey Oswald sigue siendo de momento el único malo, el autor en solitario de los disparos que acabaron con la vida de Kennedy el 22 de noviembre de 1963 mientras circulaba en la caravana presidencial dentro de un coche descapotado por el centro de Dallas (Texas).

Los historiadores especializados en este crimen adherido a la idiosincrasia conspirativa de los estadounidenses tienen pocas esperanzas de que emerjan grandes sorpresas, a pesar de que el presidente Donald Trump aseguró que habría cosas “muy interesantes” (expresión ciertamente comedida para su estilo hiperbólico) o el augurio de “noticias bomba”, en declaraciones de un responsable de prensa de la Casa Blanca.

Aunque se diga que estas 63.000 páginas, contenidas en 1.123 documentos (aún faltan algunos por digitalizar para incorporarlos a los Archivos Nacionales), son las últimas que quedan por conocer, esto no acabará con la mayor y más perdurable de las conspiraciones que existe en Estados Unidos. Así lo apuntan los analistas. Siempre quedará la duda porque todavía siguen habiendo papeles que aparecen redactados, en contra de lo que prometió Trump, en los que se ocultan cosas.

Es la misma sensación que se tuvo en el 2023 con Biden o en el 2017, también con Trump, cuando se sacaron a la luz otros documentos. Como entonces, mucho ruido y pocas nueces.

Pocas novedades

“La gente espera grandes cosas y casi con toda seguridad se quedarán defraudaos” declaró a Reuter Larry Sabato, director del Centro de Política de la Universidad de Virginia, que publicó un libro sobre el asesinato. Otro historiador y experto en la materia, Tim Naftali, expresó una opinión similar en la CNN.

Si bien se depositaron ilusiones de hallar cosas sorprendentes, que pudieran modificar el relato histórico establecido, lo cierto es que, según sugieren a vuela pluma esos historiadores, buena parte de este material, con páginas en mal estado y borrosas, con anotaciones difíciles de entender, ya había estado disponible de una manera u otra.

Uno de estos documentos recoge el vaticinio que hizo J. Edgar Hooover, el inefable jefe y fundador del FBI, que espió a todo el que se movía, una vez que supo que Jack Ruby, propietario de un cabaret y hombre vinculado a la mafia, cogió “desprevenidos” a los policías en su custodia y mató a Oswald, el 24 de noviembre.

FILE PHOTO: U.S. President John F. Kennedy, First Lady Jaqueline Kennedy and Texas Governor John Connally ride in a liousine moments before Kennedy was assassinated, in Dallas, Texas November 22, 1963. Walt Cisco/Dallas Morning News/Handout/File Photo via REUTERS. THIS IMAGE HAS BEEN SUPPLIED BY A THIRD PARTY.

John F. Kennedy, poco antes de ser asesinado en Dallas. 

Handout / Reuters

“No hay nada en el caso Oswald salvo que está muerto”, se supone que dijo Hoover. Solo pareció lamentar que este otro asesinato no haría más que "dar pábulo a las conspiraciones”.

Las encuestas muestran que, más de seis décadas después, el 65% de los estadounidenses cree que a Kennedy lo mataron entre varios pistoleros y Oswald pagó el pato. Muchos consideran que todo se debió a un complot de la CIA, que en apariencia no sale bien parada en estos documentos, y precedente de lo que hoy se llaman las cloacas del estado. O bien que fue la mafia, una venganza de Fidel Castro, una trama del vicepresidente Lyndon B. Johnson para hacerse con la Casa Blanca o incluso que, en realidad, el presidente no era el objetivo del atentado.

Buena parte de los documentos se dedica la Comisión Warren, que creó el presidente Johnson para investigar el asunto y que concluyó con la culpa de Oswald, sin que nadie le ayudara, en su acción de disparar desde la sexta planta de un almacén de libros escolares. Sin embargo, esa conclusión ha sido más que disputada, entre otros por el cineasta Oliver Stone en su película de 1992.

Nikonov está ahora seguro de que Oswald no fue en ningún momento un agente controlado por el KGB”

Cita de los nuevos documentos sobre  el asesinato de Kennedy

Para alimento de conspirativos, entre esos papeles figura un informe recibido desde Moscú, enviado por los servicios de inteligencia, en los que se afirma que Oswald, durante su época en la URSS, era “un bala perdida” y un tipo “con mala puntería”.

Ese documento señala que un oficial del KGB llamado Nikonov revisó expedientes de la agencia de seguridad soviética una vez que se produjo el magnicidio para determinar si Oswald fue agente dek KGB.

“Nikonov está ahora seguro de que Oswald no fue en ningún momento un agente controlado por el KGB”, se afirma. Prosigue que con la duda de que nadie pueda controlar a Oswald si bien estuvo bajo “control constante mientras estuvo en la URSS”. También refleja que tenía una relación tormentosa con su esposa rusa, Marina, que lo manipulaba.

En documentos previos se indicó que había desertado de la Unión Soviética y que retornó a EE.UU. entrando por Texas. Además, Oswald visitó Ciudad de México días antes y llamó a la embajada soviética y estuvo en la de Cuba para lograr visados en ambos casos. De ese viaje y de esas gestiones tuvo conocimiento la CIA en su momento, lo que la coloca en el punto crítico.

Sabotajes autorizados en Cuba

En otros registros del Departamento de Defensa, de 1963, se describe la implicación de EE.UU. en América Latina tratando de frustrar que Castro expandiera la revolución a otros países dando apoyo a fuerzas comunistas.

Esos papeles recogen la idea de que el líder cubano no quería ir tan lejos como provocar una guerra contra los estadounidenses o escalar la situación de manera que “pusiera seriamente en peligro al régimen de Castro”. 

Un informe datado en enero de 1962 relata los detalles de una iniciativa altamente secreta llamada “Operación Mongoose” o nada más que “Proyecto Cuba”, en la que la CIA apostó por una campaña de operaciones encubiertas y sabotajes contra la isla caribeña. Lo autorizó Kennedy en 1961 con la finalidad de acabar con Castro y su régimen.

De momento y a falta de mayor indagación en el laberinto, todo continúa igual. Oswald es el malo y todo el que quiera encontrará una conspiración para descartar la versión oficial.

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