Von der Leyen pierde la batalla legal por los mensajes secretos con el CEO de Pfizer durante la pandemia

El caso 'Pfizergate'

El Tribunal General de la UE estima que el rechazo de la Comisión a revelar los SMS intercambiados en plenas negociaciones para la compra de vacunas no está justificado

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La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, llega a la reunión de su Colegio de Comisarios este miércoles en Bruselas

OLIVIER HOSLET / EFE

La Comisión Europea ha recibido este miércoles un jarro de agua fría después de que el Tribunal General de la UE (TGUE) haya sentenciado en su contra en un test judicial sobre la opacidad en las negociaciones con las farmacéuticas cuando el Ejecutivo comunitario trataba de hacer acopio de vacunas durante la pandemia. En concreto, ha anulado la decisión de la Comisión de no revelar los mensajes que la presidenta del Ejecutivo comunitario intercambió con el director ejecutivo de Pfizer, Albert Bourla, para asegurarse que la compañía suministraba suficientes dosis de vacunas contra la covid.

El Tribunal General se ha pronunciado ante el recurso del periódico The New York Times, que reveló la existencia de estas comunicaciones privadas para negociar la compra de vacunas a través de mensajes y llamadas directas entre ambos, y que trató de acceder a estos SMS. Todo tenía que ver con los incumplimientos de AstraZeneca a la hora de entregar las vacunas prometidas a la UE, y entonces Von der Leyen estaba en busca de más dosis para los europeos. El Ejecutivo comunitario firmó un contrato con Pfizer y BioNTech para comprar hasta 1.800 millones de dosis en mayo del 2021.

La decisión

La Corte dice que la Comisión no presentó “explicaciones creíbles”

Amparándose en el reglamento de transparencia, la periodista Matina Stevi reclamó a la Comisión que le entregase estos mensajes privados, intercambiados entre enero del 2021 y mayo del 2022. Pero el Ejecutivo comunitario denegó la solicitud alegando que no disponía de esta documentación y le respondió que los mensajes se habían borrado, en un caso conocido en Bruselas como Pfizergate. La Comisión, de hecho, justificó que no tenía ninguna obligación de conservar estos mensajes porque no contenían información relevante.

Sin embargo, la justicia comunitaria, en una sentencia que todavía se puede recurrir, da la razón a la cabecera estadounidense al considerar que la Comisión no puede limitarse a afirmar que no tiene en su poder los documentos solicitados, sino “que debe presentar explicaciones creíbles que permitan al público y al Tribunal General entender por qué no pueden encontrarse estos documentos”. 

Además, el Tribunal determina que la Comisión no aclaró suficientemente si los mensajes de texto solicitados se habían suprimido y, de ser así, si la supresión “había sido voluntaria o automática”, o si el teléfono móvil de la presidenta había sido sustituido en ese intervalo de tiempo. También cree que el Ejecutivo comunitario no explicó de “forma plausible” por qué estimó que los mensajes de texto intercambiados en el contexto de la compra de vacunas contra el coronavirus no contenían información importante.

El lenguaje es duro. La Corte, con sede en Luxemburgo, va más allá al escribir que la Comisión no explicó en detalle “el tipo de búsquedas que supuestamente se realizaron para encontrar esos documentos”, “ni especificó los lugares en que esas búsquedas se llevaron supuestamente a cabo”. El organismo concluye que, por lo tanto, no proporcionó “una explicación plausible para justificar que no estaba en posesión de los documentos solicitados”. Por el lado contrario, Stevi y The New York Times, dice el TGUE, sí argumentaron con elementos “”pertinentes y concordados” la existencia de este intercambio de mensajes.

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En un comunicado, la Comisión ha respondido que toma nota de la decisión aunque señala que la corte no pone en cuestión la política de registro del organismo. Ahora, aseguran que adoptarán una nueva decisión con una explicación más detallada. “La transparencia siempre ha sido de vital importancia para la Comisión y para la Presidenta von der Leyen. Seguiremos respetando estrictamente el sólido marco jurídico existente para hacer cumplir nuestras obligaciones”, señala la nota.

The New York Times, por su parte, ha celebrado el fallo como una “victoria para la transparencia y la rendición de cuentas en la UE” y cree que el TGUE “manda un mensaje poderoso de que las comunicaciones efímeras no están fuera del alcance del escrutinio público”. La disputa judicial, al final, no tiene que ver con las vacunas, cuya compra conjunta por parte de la Comisión fue un gran éxito durante la pandemia, sino con el compromiso de la cúpula comunitaria con la transparencia.

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