La boina de un diputado del Bundestag abre el debate de qué es “una vestimenta digna”

Alemania

Marcel Bauer, diputado de La Izquierda, fue expulsado del Parlamento por considerar que su atuendo atentaba contra la dignidad de la institución

Marcel Bauer, antes de ser expulsado del Bundestag.

Marcel Bauer, antes de ser expulsado del Bundestag.

TV del Bundestag

El protocolo antiguo tiene un código muy marcado para los sombreros y cualquier tipo de objeto que cubra la cabeza. Salvo en casos obligados por un uniforme, generalmente militar, los hombres deben retirarse el sombrero cuando están dentro de un espacio cubierto ¿La razón? El porte, la elegancia, la costumbre… el protocolo en sí mismo, que suele ser una pescadilla que se muerde la cola.

Esta ley formal no escrita está interpretada en el reglamento del Bundestag alemán. A la hora de reglamentar la vestimenta de sus ocupantes, los señores parlamentarios, la norma establece que la vestimenta debe de ser “apropiada a la dignidad de la Cámara”. Y ese término, dignidad, se tropezó el pasado 15 de mayo con una boina. La que el diputado de La Izquierda Marcel Bauer portaba en una sesión plenaria.

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Bauer, de 33 años, y ahí están las redes sociales para comprobarlo, gusta de cubrirse la cabeza. Y la boina, sin ser una señal de identidad, es uno de sus complementos recurrentes. Pero atendiendo al protocolo y a la dignidad, la presidenta del Bundestag, Julia Klöckner, de la CDU, exigió a Bauer que se descubriera la cabeza “porque esta es la costumbre de esta casa”. Salió, y regresó a la Cámara luciendo la prenda. Y de nuevo Andrea Lindholz, también democristiana, insistió en que Bauer se descubriera o abandonara el espacio.

En ambas ocasiones, Bauer se negó a prescindir de su boina. Y en ambas ocasiones tuvo que dejar la cámara entre aplausos de aprobación a su salida. Solo dos grupos, antitéticos, se guardaron las manos: La Izquierda en la que milita Bauer y la ultra AfD.

La boina y el aciano

A su salida de la Cámara, Bauer expresó su sorpresa por la polémica de la boina. Le sorprendía, dijo, lo indigno de la prenda mientras que las insignias de la flor de aciano —fuertemente ligadas al nacionalismo alemán del siglo XIX y a los nazis austríacos de los años de 1930— brotan en las solapas de los representantes de la AfD ante el silencio institucional. Cosa que no es del todo cierta: el Parlamento ya pidió en el pasado al ultraderechista Andreas Wild que se quitará la flor de aciano que adornaba su chaqueta, como recordaba el Berliner Morgenpost.

Andres Wild, de la AfD, luce una flor de aciano en el Parlamento.

Andres Wild, de la AfD, luce una flor de aciano en el Parlamento.

Wolfgang Kumm (dpa)

Bauer retornó al Bundestag el pasado día 21. Sin boina, y tras perder el recurso presentado ante la Cámara, pero sin perder la esperanza. “Hasta que se aclare la situación legal sobre las facultades discrecionales de la Presidencia del Bundestag, me abstendré de llevar gorro durante mis sesiones plenarias”, dijo, lamentando que la boina es, para él, una parte de su “trabajo político”. Y así, el debate bizantino de la cámara alemana encontró pausa. Pero no solución.

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