La salida del islamófobo Wilders hace saltar por los aires el Gobierno de Países Bajos

El futuro de Europa

El primer ministro, Dick Schoof, dimite y anuncia unas nuevas elecciones generales apenas un año y medio después de las del 2023 

La salida del islamófobo Wilders hace saltar por los aires el Gobierno de Países Bajos
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La salida del ultra Wilders hace saltar por los aires el Gobierno de Países Bajos

AFP

No hace ni un año que Dick Schoof se convirtió en primer ministro de los Países Bajos, en julio del 2024. Pero su Ejecutivo ya ha saltado por los aires apenas once meses después. El culpable es el líder ultraderechista Geert Wilders, quien ayer abandonó la coalición conservadora que gobierna el país tras considerar que no está aplicando su mano dura contra la inmigración. Pocas horas después, Schoof, un funcionario de carrera sin afiliación política, anunció su dimisión.

“El encargo de la sociedad al inicio de este Gobierno era abordar los problemas de los Países Bajos. En los últimos meses, el Gabinete ha trabajado duro para cumplir con esos compromisos, pero, cuando a uno de los partidos le falta la voluntad de continuar, ya no podemos gobernar”, lamentó el ahora primer ministro en funciones.

Wilders, y su formación, el Partido de la Libertad (PVV), ganaron las elecciones del 2023 con un mensaje abiertamente islamófobo. Después de unas larguísimas negociaciones, formaron Gobierno el año pasado con otros tres partidos de corte derechista –los liberales de Mark Rutte, una formación de la órbita democristiana y el partido de los granjeros– para formar la coalición más conservadora de la historia del país, que nació tras meses de conversaciones que solamente se desencallaron cuando Wilders aceptó renunciar al cargo de primer ministro. Eligieron para el puesto al independiente Schoof, un antiguo jefe de los servicios secretos y de la lucha antiterrorista.

La salida del ultra Wilders hace saltar por los aires el Gobierno de Países Bajos

Dick Schoof, en una imagen de archivo. 

Piroschka Van De Wouw / Reuters

El partido de Wilders controlaba cinco ministerios: Sanidad, Economía, Infraestructuras y Agua, Comercio Exterior y Ayuda al Desarrollo, y Asilo y Migración. Precisamente este último es el que más interesaba a Wilders, que siempre ha hecho bandera de su rechazo al asilo. Sin embargo, ha ido viendo en los últimos meses que su apoyo en las encuestas estaba cayendo. El PVV sigue en cabeza, pero la distancia con sus rivales más cercanos, los verdes y los socialdemócratas de Frans Timmermans, se ha reducido.

La semana pasada, el ultraderechista dio un ultimátum a Schoof al decir que abandonaría a los socios de la coalición si no suscribían un radical plan para reducir la acogida porque consideraban que estaban tomándose demasiado tiempo para poner en marcha la “política de inmigración más estricta jamás vista”.

Entre otras cosas, pedía recurrir al ejército para proteger las fronteras, rechazar a todos los solicitantes de asilo, el cierre de los centros de acogida, el retorno a su país de todos los refugiados sirios o la suspensión temporal de la reunificación familiar. En la Eurocámara, Wilders es socio de Vox o de la Liga de Matteo Salvini.

El premier seguirá en funciones hasta que se forme un nuevo ejecutivo tras unas elecciones generales

Las horas clave para la caída del Gobierno neerlandés tuvieron lugar en la noche del lunes, cuando se celebró una reunión entre los líderes de los cuatro partidos. Al terminar, Wilders declaró que había “un problema serio” y que se tomaría la noche para pensar en el siguiente paso.

Todo pese a que sus socios le prometieron que tenía su apoyo y que la ministra de Asilo y Migración, la ultraderechista Marjolein Faber, podría seguir adelante con sus propuestas. “He firmado por la política de asilo más estricta, no por la caída de los Países Bajos, por lo que nuestra responsabilidad en este Gabinete termina en este momento”, indicó ayer.

Schoof seguirá en funciones hasta la celebración de unas nuevas elecciones, que se llevarán a cabo seguramente después de verano. No tenía muchas más opciones, porque se ha quedado con tan solo 51 escaños de los 150 que conforman la Cámara Baja.

El líder del PVV no tira la toalla y se siente “reforzado” en su lucha para ser primer ministro

El rey Guillermo Alejandro aceptó las dimisiones de los ministros del PVV, pero pidió al primer ministro y al resto de su Gabinete que siguiesen en sus cargos hasta la formación de un próximo ejecutivo “en interés del reino”.

En declaraciones a la prensa, el jefe del Ejecutivo cargó contra la “irresponsabilidad” acometida por Wilders. “Nos enfrentamos a grandes desafíos a nivel nacional e internacional y, más que nunca, necesitamos decisión para garantizar la seguridad, la resiliencia y la economía”, consideró. Y añadió: “En un mundo que cambia rápidamente, por todas las personas en los Países Bajos que se preocupan por encontrar una casa, por sus ingresos, los agricultores y horticultores que quieren un futuro y también para recuperar el control de la migración. Todo esto requiere acción, no retrasos”.

La caída del Ejecutivo llega en el peor momento posible, a pocas semanas de que La Haya reciba a los líderes de la OTAN en la cumbre más importante de este año en la Alianza Atlántica. A partir de ahora, el Gabinete será “dimisionario”, lo que significa que solamente se encargará de los asuntos corrientes. En los próximos días, el Parlamento neerlandés decidirá sus límites de acción. Esto podría poner en aprietos al Ejecutivo en un momento en que la OTAN está a punto de aumentar el objetivo del gasto militar en la próxima cumbre de finales de junio. Estados Unidos insiste en alcanzar el 5% del PIB, pero la prospectiva de unos comicios puede retrasar un nuevo compromiso de gasto en defensa por parte del país anfitrión de la cumbre.

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Mientras, Wilders no tira la toalla y promete luchar para ser primer ministro. “Hoy es el día en que toda La Haya está contra Wilders y el PVV. Está bien, pero me siento muy reforzado en mi posición”, aseguró.

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