El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, anunció este martes el restablecimiento de controles policiales temporales en sus fronteras con Alemania y Lituania a partir del 7 de julio, una medida destinada a “minimizar el flujo de inmigrantes” y una respuesta a los controles que ejerce también Alemania. El líder liberal ya había indicado a mediados de junio su plan de poner controles fronterizos, un intento de relanzar su Gobierno de coalición tras la derrota de su candidato en las elecciones presidenciales del pasado 1 de junio.
“Durante el último mes, la práctica en la frontera polaco-alemana ha cambiado claramente; a diferencia de los últimos diez años, la parte alemana ahora se niega a permitir la entrada a migrantes que se dirigen a Alemania, por ejemplo para solicitar asilo u obtener otro tipo de estatus”, dijo Tusk, quien añadió que esto “ha generado tensiones y una justificada sensación de asimetría”.
El propio Gobierno polaco afirma que, aunque ha habido quejas de vecinos de poblaciones fronterizas, los retornos desde Alemania son “casos aislados”. Sin embargo, la cuestión enciende el debate político interno. El presidente, Andrzej Duda, cuyo mandato concluirá el día 6 de agosto, criticó a Alemania por “crear su propio problema migratorio” y ahora “empujar” a inmigrantes irregulares a territorio polaco y acusó al Gobierno de Tusk de inacción.
La cuestión fronteriza
El canciller alemán, Friedrich Merz, responde a su homólogo polaco: “Existe una cooperación, queremos resolver juntos un problema común”
En Berlín, el canciller alemán, Friedrich Merz se refirió al asunto durante en una rueda de prensa junto a su homólogo luxemburgués. “Existe una cooperación muy estrecha, colegiada y amistosa entre los jefes de Gobierno, es decir, entre Donald Tusk y yo, y entre los ministros del Interior, porque queremos resolver juntos un problema común”, aseguró Merz. Alemania, que ya había introducido controles fronterizos con Polonia en el 2023, siendo canciller el socialdemócrata Olaf Scholz, empezó en mayo a rechazar a potenciales solicitantes de asilo, ya con el conservador Merz en la Cancillería.

El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, hablando a la prensa en Bruselas el 26 de junio
Estos controles alemanes han provocado importantes atascos para trabajadores transfronterizos y conductores polacos, en ocasiones con colas de hasta 15 kilómetros en las carreteras que cruzan la frontera. Grupos nacionalistas en Polonia han organizado “patrullas ciudadanas” en las zonas fronterizas con Alemania para impedir las devoluciones, y el primer ministro polaco censuró estos actos y recordó que la seguridad fronteriza “es una responsabilidad estatal”.
Según Tusk, los controles con Lituania son para impedir que los migrantes crucen desde Bielorrusia, que, como aliada rusa, utiliza la migración como arma híbrida contra países de la UE. Varsovia se puso en contacto con Berlín y Vilna para anunciarles que el lunes comienzan los controles.