Las vacaciones de J.D. Vance traen de cabeza al pueblo inglés de Charlbury

Reino Unido

La instalación de controles, nuevas tecnologías y hasta un helipuerto improvisado han obligado a la casera del vicepresidente a disculparse con sus vecinos por llevar un “circo” a su pueblo

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El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, pesca con el ministro de Asuntos Exteriores británico, David Lammy, en Inglaterra 

WPA Pool / Getty

El pequeño pueblo británico de Charlbury, de apenas 3.000 habitantes, ha visto interrumpida su habitual tranquilidad con la llegada de J.D. Vance, quien ha puesto patas arriba la localidad con sus excentricidades mientras disfruta de parte de sus vacaciones junto a su familia. 

Según informa The Telegraph, el equipo del vicepresidente ha mandado a instalar diversas tecnologías, entre las que se encuentran una gran antena —cuya función no está clara—  un helipuerto improvisado en un campo de la localidad e intensos controles de carretera, que permanecerán hasta el jueves.

Debido al terremoto que ha supuesto su llegada al pueblo, la casera de Vance se ha visto obligada a disculparse por llevar un “circo” a su aldea, pidiendo perdón a la comunidad por las preparaciones y la atención pública que ha generado.

La llegada de Vance cierra al público el Palacio de Hampton Court durante horas

El vicepresidente se aloja en una mansión del siglo XVIII, construida para el político británico Thomas Rowney, y que ahora acoge diversas antenas en su tejado que podrían funcionar como inhibidores de señales o sistemas antidrones, según el testimonio de algunos vecinos recogidos por el medio inglés. 

Vance y su familia han podido disfrutar de diversos privilegios durante su estada en Inglaterra, como el acceso exclusivo al Palacio de Hampton Court —la antigua residencia de Enrique VIII— que cerró sus puertas al público ayer por la mañana para acoger al vicepresidente y sus familiares, obligando a retrasar su apertura hasta el mediodía.

Las peticiones del vicepresidente molestan a los turistas allí donde va

Los privilegios de Vance durante su visita al palacio molestaron a algunos turistas, y algunos usuarios en redes sociales denunciaron la avalancha provocada por la acumulación de visitantes una vez se abrieron las puertas. Sin embargo, esta no es la primera vez que las vacaciones del funcionario estadounidense despiertan críticas.

El pasado marzo, Vance y sus familiares tuvieron que abandonar unas vacaciones de esquí en Vermont después de que una multitud a favor de Ucrania saliera a increparlo. Un mes después, volvió a enfurecer a los turistas en un viaje a Roma, después de que el Coliseo cerrase antes para recibir a la familia. 

Incluso antes de su viaje a Inglaterra, hace menos de una semana, el equipo de Vance volvió a afrontar críticas por aumentar el cauce de un río en Ohio. El vicepresidente alega que se hizo para garantizar la “navegación segura” de sus escoltas, aunque convenientemente también garantizase las condiciones ideales para la práctica del kayak.

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