A mayor retroceso en la escala social, más posibilidades de optar por apoyar a formaciones ultra. Es la conclusión principal a la que ha llegado un estudio de la Hertie School of Governance de Berlín y la Universidad de British Columbia, que establece una correlación entre el voto por partidos de ultraderecha y el descenso social de los votantes con respecto a la condición de sus padres.
El estudio, dirigido por los politólogos Mark Kayser y Alan Jacobs, se basa en una encuesta en la que participaron 89.000 personas y se centra en los votantes de partidos de ultraderecha en 11 países de Europa occidental.
Los datos abarcan el período entre 2002 y 2020 y en lo que se refiere a Alemania no sólo tiene en cuenta a los votantes de Alternativa para Alemania (AfD), sino también a los de otras agrupaciones como el Partido Nacionaldemócrata Alemán (NPD) o Los Republicanos.
La conclusión es que aquellas personas que profesional y económicamente tienen una posición claramente peor que la de sus padres tienen una tendencia claramente mayor a votar a la ultraderecha que aquellos que han ascendido.
Estudio
Los datos muestran que la pérdida de estatus social “alimenta el voto de la ultradecha”
Mientras que un 12% de ese grupo vota por partidos de ultraderecha entre los que han ascendido con respecto a sus padres sólo un 4,6% lo hace.
“Nuestro estudio muestra con claridad que es la pérdida de estatus social y no sólo la penuria económica o los resentimientos culturales lo que alimenta el voto de la ultraderecha”, dijo Kayser en declaraciones al diario Süddeutsche Zeitung.
“Desde el punto de vista político no sólo es decisivo en donde se está sino de donde se viene y si se ha perdido posición social”, agregó.
La gente que ha sufrido un descenso social tiende a sentirse abandonada por la política y por eso busca alternativas críticas con el sistema.
Los autores sostienen que el repunte de la ultraderecha en los países industrializados se debe en buena parte a que antes el ascenso social a través de la educación era más fácil que ahora.
Las razones de que el ascenso se ha hecho más difícil son varias. Las tasas de crecimiento de las economías avanzadas son menores que en el pasado y hay puestos de trabajo que se trasladas al extranjero o que desaparecen por la digitalización y la automatización.
“Todavía no sabemos nada sobre las consecuencias de la inteligencia artificial, pero puede tener un efecto semejante”, dijo Kayser.