Tras varios días de silencio, el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, situado en el ala más conservadora de la Iglesia, ha roto este miércoles la unidad de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y se ha desmarcado de la posición expresada por los obispos la semana pasada sobre el veto a las celebraciones religiosas de la comunidad musulmana en los espacios municipales de la localidad murciana de Jumilla, una iniciativa promovida por Vox y aprobada por el Partido Popular que fue reprobada por la CEE sin tapujos.
Sanz, que hasta ahora no se había pronunciado al respecto, ha lanzado un mensaje que también choca con la postura expresada por otros obispos en estos últimos días.
En un encendido tuit, Sanz se pregunta por la “extraña polémica” suscitada en el municipio murciano y por la “reciprocidad negada de los moritos con los cristianos que asesinan en nuestras iglesias dentro de sus territorios”. “¿Ponernos estupendos citando textos civiles o eclesiales, para que nos sigan matando?”, prosigue Sanz, que de ese modo cuestiona tanto el comunicado de la CEE, que aludía a la Constitución y a la Declaración de los Derechos Humanos, como un extenso artículo del arzobispo de Madrid, el cardenal José Cobo, en ese mismo sentido publicado el martes en Agenda Pública.
La “reciprocidad” sí había sido reclamada por otros prelados como el propio presidente de la CEE, Luis Argüello, arzobispo de Valladolid, o el titular de Orihuela-Alicante, el también conservador José Ignacio Munilla. Sin embargo, la alusión a los ataques es precisamente lo que venía reclamando estos días la ultraderecha en sus críticas a los obispos.
Asimismo, la colérica publicación del arzobispo contradice el sentido de las declaraciones del arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, quien respondió este martes al líder de Vox, Santiago Abascal, tras sus críticas a la Iglesia, que “un xenófobo no puede ser un verdadero cristiano” y recriminó a la ultra derecha que use el catolicismo como “filón” político para captar votos.
A la cruzada de Abascal contra los obispos se ha sumado también la líder de Aliança Catalana, Sílvia Orriols, aunque en toda esta polémica y en este choque su organización no ha tenido ningún papel.