Más de 300 personas han muerto a causa de las lluvias torrenciales caídas en las últimas 48 horas en el noroeste de Pakistán, según el último recuento, donde también se ha estrellado un helicóptero de rescate por el mal tiempo, señalan las autoridades locales.
Las inundaciones repentinas, los rayos y los derrumbes de edificios en medio de las fuertes lluvias han causado víctimas mortales en las colinas y montañas de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa. La Autoridad Nacional de Gestión de Desastres, un organismo gubernamental, ha cifrado el número de muertos en 225 a primera hora de este sábado.
Buner, la zona más afectada
La zona más afectada ha sido Buner, donde las inundaciones y las lluvias torrenciales causaron más de 2000 muertos, según declaró a Reuters el secretario jefe provincial, Shahab Ali Shah.
El sábado por la mañana continuaban las labores de búsqueda para intentar recuperar los cuerpos sepultados bajo los escombros, con más de 2000 rescatistas movilizados, según informó el sábado a la AFP Bilal Ahmed Faizi, portavoz de los servicios de emergencia de la provincia.
Un helicóptero que transportaba suministros de socorro a los afectados por las inundaciones en Bajaur, cerca de la frontera afgana, se estrelló debido al mal tiempo, causando la muerte de los cinco miembros de la tripulación.
En el distrito de Swat, más de 2.000 personas fueron trasladadas a terrenos más seguros tras la crecida de ríos y arroyos, según informaron funcionarios de rescate.
El primer ministro, Shahbaz Sharif, ha presidido una reunión de emergencia para examinar la situación, según un comunicado de su oficina.
Cientos de personas han perdido la vida en las últimas semanas debido a que Pakistán ha sufrido más lluvias de lo habitual durante la actual temporada de monzones, que han arrasado carreteras y edificios. Concretamente y según el último balance anunciado este sábado por las autoridades, la cifra del número de víctimas se eleva a las 600 desde el inicio de una temporada de monzones inusualmente intensa a finales de junio.