El incidente con presuntas interferencias rusas sobre el avión en el que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aterrizó en Bulgaria, sigue sin resolverse. Después de que el Ejecutivo comunitario explicase que, de acuerdo a las autoridades búlgaras, se había registrado una interferencia rusa que bloqueó la señal GPS, este jueves el Gobierno de Bulgaria ha negado esta información sosteniendo que no hay ninguna evidencia que permita hablar de un asunto de tal gravedad.
Así lo ha asegurado este jueves en el Parlamento búlgaro el primer ministro de este país, Rosen Zhelyazkov, quien ha dicho que el avión privado en el que viajaba la presidenta del Ejecutivo comunitario no se quedó a ciegas –en un principio había trascendido la información de que el piloto tuvo que aterrizar usando mapas manuales tras una hora rodeando el aeropuerto– sino que solamente experimentó una interrupción parcial de la señal, algo que suele suceder en las áreas muy pobladas.
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“Fueron cinco minutos en los que el avión sobrevoló la zona de espera”, dice el primer ministro
“Tras comprobar los datos del avión, hemos visto que no hay evidencias de una preocupación del piloto. Fueron cinco minutos en los que el avión sobrevoló la zona de espera, con buena calidad de señal”, ha indicado Zhelyazkov ante los parlamentarios.
El viceprimer ministro y ministro de Transporte búlgaro, Grozdan Karadjov, también ha negado cualquier evidencia de un incidente de gravedad en una entrevista televisiva y ha dicho que en los registros no aparece ningún fallo en la señal GPS del avión de la presidenta de la Comisión Europea, ni tampoco en la conversación que mantuvieron la torre y el piloto.
Estas informaciones sorprenden después de que la alarma que generó el episodio el pasado lunes a raíz de una información del Financial Times, que viajaba en el avión de la presidenta. Entonces el primer ministro adjudicó el episodio a las consecuencias de la guerra en Ucrania y la Comisión Europea confirmó la versión de una interferencia rusa de acuerdo con los datos recibidos de Bulgaria.
“Puedo confirmar que hubo una interferencia en el GPS”, ha reiterado en la rueda de prensa de este jueves la portavoz adjunta de la Comisión Europea, Arianna Podestà. Preguntada por el asunto, ha indicado que el incidente fue confirmado por la Autoridad Búlgara de Tráfico Aéreo y ha citado un comunicado de este mismo organismo donde se indicaba que el GPS desapareció al acercarse al aeropuerto búlgaro de Plovdiv.
“Nunca dimos nosotros la información sobre el retraso, lo que importa es que el avión llegó bien”, ha insistido Podestà. Bruselas ha vuelto a recordar hoy que este tipo de episodios con incidentes sospechosos de ser una interferencia rusa de los sistemas GPS han aumentado de forma significativa en los últimos años en los países bálticos y en otros Estados cercanos a Rusia.