El autoproclamado candidato al premio Nobel de la Paz, Donald Trump, devolverá al Departamento de Defensa de Estados Unidos el bélico nombre con el que ganó las dos guerras mundiales. El presidente tiene previsto firmar este viernes una orden ejecutiva con la que rebautizará al Pentágono como Departamento de Guerra, recuperando la etiqueta que tuvo hasta 1949, poco después de lanzar dos bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki, y de contribuir a la liberación de Europa con históricas batallas como la de Normandía contra la Alemania nazi.
Con este cambio, que se producirá tres días después del impresionante desfile con el que China exhibió su músculo militar y sus alianzas, Trump busca dar al ejército estadounidense una imagen más beligerante y poderosa ante el mundo. Sus acciones militares recientes, como los bombardeos sin precedentes a las instalaciones nucleares de Irán o el ataque a una supuesta narcolancha proveniente de Venezuela, han enviado un mensaje en esta línea: que al mandatario no le tiembla el pulso para defender sus intereses.
Trump lleva meses introduciendo a los estadounidenses la idea del cambio de nombre, que, según su Administración, refleja mejor la misión de los uniformados de EE.UU. El mes pasado, llamó “secretario de Guerra” a su secretario de Defensa, Pete Hegseth, un asiduo defensor de la “cultura guerrera” del soldado americano, en contraposición a la “cultura woke” que aseguró en un libro que lo ha debilitado. “Creo que le voy a cambiar el nombre”, avanzaba Trump la semana pasada a los periodistas en el despacho oval. “Cuando ganamos la Primera y la Segunda Guerra Mundial, se llamaba Departamento de Guerra”.
El documento que describe la inminente orden ejecutiva, avanzado por Fox News, justifica el cambio de nombre en la misma línea: “Restaurar el nombre ‘Departamento de Guerra’ enfocará mejor a este Departamento en nuestro interés nacional y enviará a los adversarios la señal de que Estados Unidos está preparado para librar la guerra con el fin de asegurar sus intereses”.
“Departamento de Guerra” es el nombre que tuvo desde la misma independencia de Estados Unidos la principal agencia encargada de asuntos militares, creada por el Congreso en 1789. Hasta la Segunda Guerra Mundial, también existió el Departamento de la Marina, que incluía a la Armada y a los marines. Pero, en 1949, tras crear formalmente la Fuerza Aérea, el presidente Harry Truman unió todas las divisiones bajo un mismo departamento. Para ello, el Congreso aprobó una enmienda con la que creaba el denominado Departamento de Defensa, que así se ha mantenido hasta ahora.
No está claro qué autoridad legal tiene Trump para aprobar el cambio, pues fue el legislativo quien bautizó al departamento
No está claro qué autoridad legal tiene Trump para renombrar unilateralmente al Departamento de Defensa, pues fue el legislativo quien lo creó y le dio ese nombre. También es incierto si el presidente pretende cambiar el nombre a toda la estructura del Pentágono o únicamente hacerlo a modo simbólico, como título secundario, y en lugares específicos.
El cambio oficial del nombre de un departamento, especialmente el del ejército más grande del mundo, implicará un coste muy elevado para una administración que asegura estar eliminando el gasto superfluo. El sello azul del Departamento de Defensa aparece en cientos de instalaciones y edificios de todo el mundo, incluida su señalética oficial, papelería y publicaciones de los distintos servicios, que también tendrían que renovarse.