En el país de las conspiraciones, toma cuerpo la conjura del mal funcionamiento de la escalera mecánica de la ONU, institución a la que muchos trumpistas no les importaría que su edifico de la Primera Avenida de Manhattan se demoliera como uno de esos obsoletos casinos de Las Vegas.
La alerta que sembró la denuncia del presidente Donald Trump, que se sintió víctima de “tres sucesos muy siniestros” tras su visita el martes a la Asamblea General, ha llegado hasta António Guterres, secretario general de la Organización de Naciones Unidas, que se ha puesto manos a la obra para poner luz en las tinieblas. Hay que investigar.
En un comunicado, la institución informó este jueves que Guterres “ha ordenado una indagación exhaustiva” debido a la queja formulada por Trump en su red social, donde calificó de “siniestras” las presuntas averías técnicas registradas durante su asistencia en la ONU, junto a la primera dama Melania Trump.
Los pérfidos sucesos incluyen una escalera que abruptamente se paró una vez que el matrimonio Trump había empezado el ascenso desde el vestíbulo, la breve desconexión del teleprompter cuando el líder estadounidense inició su discurso y supuestos fallos de sonido.
La tesis que los voceros conspirativos, con Jesse Watters, estrella de la Fox, pidiendo dinamitar Naciones Unidas, y la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, apuntó que todo podía responder a un plan intencionado, hicieron correr que esto se debía a un complot de trabajadores del hogar de la diplomacia. ”¡Más madera!”, que dirían los hermanos Marx
El comunicado del secretario general indicó que la ONU había recibido correspondencia desde la misión de Estados Unidos debido a esos episodios y que la entidad estaba preparada para cooperar en búsqueda de la máxima transparencia con las autoridades de EE.UU. y determinar las causas de esos hechos.
Naciones Unidas previamente explicó que un videógrafo de la Casa Blanca, que subía de espalda para grabar la entrada del presidente y su esposa, pudo inadvertidamente activar el sistema de seguridad incorporado. También informó que el gobierno fue quien llevó al operador de su propio teleprompter.
A Trump no le satisfizo esa respuesta, ni tampoco parece que le gustó que en las redes se convirtiera en meme por su frenazo en la escalera mecánica. “Absoluto sabotaje”, replicó el presidente este miércoles. “Las personas que lo hicieron deberían ser arrestadas”. La ONU, que no está para muchas bromas con Trump, acató la sugerencia.