La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha denunciado este miércoles el ataque de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) al Hospital Materno Saudí de Al Fasher, la ciudad del norte de Darfur (Sudán), donde murieron más de 460 personas, tanto pacientes del hospital como sus acompañantes.
El director general de la agencia sanitaria de la ONU, Tedros Adhanom Ghebreyesus, señaló en su cuenta oficial de X que la Organización se encuentra “horrorizada y profundamente conmocionada” por estas muertes, las cuales se produjeron después de que se denunciaran otros ataques y detenciones de trabajadores sanitarios en el mismo lugar.
Hace unas horas, Tedros exigió la liberación de cuatro médicos, una enfermera y un farmacéutico que permanecen secuestrados por las FAR.
La OMS ha verificado al menos 185 ataques contra la red sanitaria sudanesa en los dos años y medio de conflicto entre el Ejército y las FAR. Las muertes llegan a 1.204 y los heridos a 416, incluyendo pacientes y trabajadores sanitarios.
Estos ataques “deben detenerse de forma inmediata e incondicional, y todos los pacientes, trabajadores de la salud e instalaciones sanitarias deben ser protegidos por el derecho internacional humanitario”, subrayó Tedros en X.
El pasado lunes, un día después de que las FAR anunciaran la toma de Al Fasher tras año y medio de asedio, Naciones Unidas denunció que las fuerzas paramilitares estaban perpetrando ejecuciones sumarias de civiles que intentaban huir de la ciudad. La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos señaló que muchas de esas ejecuciones podrían tener motivación étnica.
Según Naciones Unidas, los intensos bombardeos a la ciudad producidos des del día 22 al 26 de octubre, causaron la muerte de numerosos civiles, entre ellos, trabajadores humanitarios voluntarios. Los bombardeos concluyeron con la rendición de la sexta división de infantería del ejército sudanés.


