El presidente Donald Trump volvió a tener un ataque de ira, justo la noche de esa jornada de unidad que representa el día de Acción de Gracias, tras anunciar la muerte de la militar Sarah Beckstrom, de 20 años, como consecuencia del tiroteo que se produjo el miércoles en Washington. El otro uniformado de la Guardia Nacional, Andrew Wolfe, de 24, sigue en estado crítico.
“¿Eres estúpida, eres una persona estúpida?”, cuestionó a la periodista (nuevamente su irritación se centró en una mujer) que se había atrevido a preguntarle por qué le echaba la culpa a la administración Biden cuando el pasado junio su gobierno revisó el estatus de refugiado del afgano Rahmanullah Lakanwal, de 29 años, después de habérselo concedido el asilo dos meses antes. A Lakanwal se le acogió en septiembre del 2021, después de trabajar para la CIA durante la guerra protagonizada por Estados Unidos en su país.
Lo que fue caracterizado por el presidente como un “acto de terrorismo” se ha convertido en otra oportunidad para Trump de estigmatizar a los inmigrantes, sobre todo si vienen de países pobres y con una religión diferente al nacional catolicismo que él impulsa.
Después de una noche de furiosos arrebatos, Trump publicó en su red social el último capítulo de esa lucha. “Suspenderé permanentemente la migración desde todos los países del Tercer Mundo para permitir que el sistema estadounidense se recupere por completo”.
No fue más que la culminación de una serie de mensajes de su administración todos dirigidos en esa misma dirección. A la pocas horas del tiroteo, Trump ya indicó que se reexaminaría a cada uno de los afganos a los que se autorizó entrar en EE.UU. Con el gobierno de Biden. Su propósito sería “expulsar a cualquier extranjero, de cualquier país, que no pertenezca aquí o no aporte beneficios a nuestra nación”.
Posteriormente, altos cargos de su ejecutivo explicaron que el presidente había ordenado “revisar de forma rigurosa y a gran escala cada green card (permisión de residencia permanente) para cada extranjero de cada país de interés”.
Así lo concretó en la red X Joseph Edlow, director del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU. (USCIS). En su mensaje no precisó a qué países se refería. Sin embargo, la agencia precisó que hacía alusión a una lista de 19 países que Trump incluyó en su programación del junio, en la que restringió la entrada de personas de esos orígenes para “proteger Estados Unidos del terrorismo extranjero y otras amenazas a la seguridad nacional y pública”. El primero de la lista era Afganistán.
Sobre la responsabilidad de Biden de haber facilitado el acceso del presunto pistolero, junto a cerca de otros casi 80.000 compatriotas, Trump remarcó: “Porque le dejaron entrar, se volvió loco y eso sucede”, contestó. “Porque vino en un avión, junto a otros miles de personas que no deberían estar aquí y tú me estás preguntando esto porque eres estúpida”, reiteró en su réplica, repitiendo por tercera vez el descalificativo dedicado a la reportera.
Se trata de la tercera oportunidad en menos de dos semanas que sus insultos van destinados a mujeres periodistas, después de llamarle “cerdita” a una y “horrible” a otra. En todos los casos le habían formulado preguntas pertinentes, si bien de una forma que no es del agrado de un presidente epidérmico que no acepta ni la más mínima crítica.
En esta ocasión, además, y con motivo de la inmigración de origen somalí, también lanzó un improperio al gobernador de Minnesota, Tim Waltz, ex rival electoral, ya que se había presentado como vicepresidente en la candidatura de Kamala Harris.
En su particular registro de “malos”, Trump ya tenía a los somalíes que han hallado refugio en ese estado y su intención de poner fin a la protección temporal de la que disfrutan. En la comparecencia del jueves ante la prensa, reiteró que “los somalíes han causado muchas complicaciones y no vamos a aceptar a ninguno, no sirven para nada salvo para crear problemas”.
El escarnio tuvo después continuación en la red social. “Las pandillas somalíes rondan por las calles buscando presas mientras nuestra maravillosa gente está encerrada en sus pisos y casas esperando contra toda esperanza que los dejen solos”, se quejó sin aportar prueba alguna.
“El gravemente retrasado gobernador de Minnesota, Tim Walz, no hace nada ya sea por miedo, incompetencia o ambas cosas”, escribió Trump. Walz respondió en X pidiendo que se publiquen “los resultados de la resonancia magnética” a la que fue sometido el presidente hace unos meses. Cada vez son más los que cuestionan el estado físico y mental de Trump, de 79 años.
