Los hombres me han traicionado
María García García se instaló en Madrid recién cumplidos los 18. Era una jovencita alta, preciosa y talentosa que pronto triunfó en televisión. Fue entonces cuando Juan Carlos I la llamó, la invitó al palacio de la Zarzuela y la besó. Comenzó una relación que duró seis años interrumpidos por el matrimonio con Ángel Cristo. Lo cuenta todo en Yo, Bárbara. Mis memorias (Plaza & Janés). En esa segunda etapa (1990-1993) el rey acudía a su casa: “Nos sentíamos muy a gusto: sabíamos que no éramos pareja, pero por unas horas, compartíamos una intimidad discreta y agradable”. Explica por qué realizó las grabaciones de su intimidad con el rey, que justifica y se arrepiente. Pero hay mucho más: su relación con Alain Delon, su adicción al juego o la traición de su hijo: “Todos los hombres me han traicionado, pero la peor traición, la de mi hijo”.
Dice usted que conoce circos y cortes.
Son lo mismo, las cortes no dejan de ser un circo, y creo que estoy menospreciando al circo.
Ha vivido entre el reconocimiento y la crítica.
Más en la crítica, porque fui una de las actrices precursoras del destape y realicé las primeras películas de lesbianas.
Y por algo más.
Desde que sale a la luz mi relación con Juan Carlos I empiezan a llamarme “vedette”, en tono despectivo, a ver si termino mis días siendo actriz después de 44 películas.
¿Se enamoró del rey emérito?
No, pero le tuve cariño.
¿Por qué fue su amante durante 6 años?
Él se fija en mí cuando estoy arriba, constantemente en la portada de las revistas. Me sentí especial por que me escogiera, entonces no sabía que había muchas otras especiales.
¿Cómo empezó todo?
Me llamó, era simpático, y después de hablar mucho por teléfono, empezó una relación. Tampoco hubiera sabido decir que no.
¿El rey es el rey?
Nunca, ni en las relaciones íntimas, se me fue de la cabeza quién era; de hecho, no sabía ni cómo dirigirme a él. Le llamaba “cariño” y esas cosas. Pero no había mucho tiempo para conversaciones y yo tenía claro lo que él quería. Le apreciaba, pero nunca me enamoré.
¿Se enamoró de Ángel Cristo?
Totalmente. Fue ahí cuando corté la relación de amantes con el emérito tres años después.
Y empezó su tormento.
Ángel al principio era amable, generoso. Jamás pensé que era un maltratador, controlador, celoso y cocainómano, pero en el viaje de novios ya empezó a humillarme.
¿Le pegaba?
Sí, llegó a dispararme. Al principio aguanté por amor y luego, hundida y sin autoestima, no sabía cómo salir de ahí, algo muy común en las mujeres maltratadas. Pasé de llamarme Bárbara a “puta asquerosa”.
Un insulto que las mujeres deberíamos erradicar de nuestro vocabulario.
Viví en ese infierno 9 años; tenía dos hijos y no me fui por miedo. Por suerte un día me dio una paliza y me echó de casa, me hice fuerte y conseguí la patria potestad compartida.
Y volvió con el rey emérito.
Nunca perdimos el contacto, eran llamadas de amistad. Volvimos a ser amantes cuando fui libre, y pensé que sería una persona con la que podría contar y que me protegería, pero fue todo lo contrario.
¿Qué quiere decir?
Mi marido cocainómano se llevaba a mis hijos y desaparecían un mes, sufría mucho, y yo pagaba una hipoteca por mi casa y estaba sin trabajo. Colaborar con UCD ya me había dañado. Adolfo Suárez era el único que defendía una democracia, le apoyé, pero a los que colaboramos con él, nos dejó en la cuneta.
¿Por qué hizo esas grabaciones del rey emérito?
Mi relación con él me perjudicaba, porque le convenía que se me viera poco, así que no me contrataba nadie. Además, a mí también su gente me grababa constantemente y no estaba dispuesta a aguantarlo. Llega un momento en la vida que comprendes que nadie está por encima de nadie.
Le chantajeó.
Sí, le pedí dinero. No podía pagar el colegio ni la hipoteca, me echaban de casa y no tenía pensión, y le dije que tenía que haber salido de él ayudarme. ¡Tuvimos una relación de seis años! Le pedí 85 millones de pesetas y me los dio. No fue chantaje, fue una negociación. Comparado con Corinna fui muy generosa.
¿Qué fue de usted?
Volvieron a contratarme en TVE y en Canal Nou, donde tenía un programa de cocina; si me lo dieron por él, no tengo ni idea.
¿Qué le ha decepcionado en la vida?
El amor. Nunca he sido promiscua y he querido tener familia. Pero ya llevo 14 años sin pareja y no la quiero. Estoy muy bien con mi hija y mis amigas. A mi hijo, le deseo lo mejor.
Se han publicado vídeos comprometedores para el rey emérito.
Me lo robó todo mi hijo, cuestión de dinero y malas compañías. Ya ha quedado claro que yo no tuve nada que ver, y he sentido que algunas cosas íntimas se escucharán. Es todo muy triste.
¿Cómo le afectó ser jovencita y guapa?
Era un delito, y haber salido en Interviú enseñando los pechos hizo que los hombres solo quisieran una cosa de mí, y los que eran un poco interesantes no se atrevían a acercarse.
¿Tal vez ir a por ellos?
Yo no sé ligar. Le contaré un secreto: tengo un amor platónico desde hace mucho tiempo y él no lo sabe, y no se lo voy a decir porque tiene pareja y una vida estable.
¿Qué errores ha cometido?
He dado mucho espacio a quien no se lo merecía, he cuidado a quien no me cuidaba y me arrepiento de haber grabado al emérito porque eso mancha todo lo bueno que he hecho.