Vivir más hasta cierto punto...
La gran paradoja de la longevidad hoy es que, aunque progresen la ciencia y sus aplicaciones, el aumento de nuestra esperanza de vida se ralentiza. El doctor Olloquequi lo explica argumentando que el desarrollo sanitario, social y económico que nos ha iba permitiendo vivir cada vez más también iba generando más inconvenientes que ahora lo frenan. Por ejemplo, la contaminación, el estrés tecnológico, la obesidad y adicciones, como las alimentarias a ultraprocesados: “Observamos en el laboratorio que la contaminación en aire, tierra y agua es un factor de demencia. Otro ejemplo de desarrollo frenado por nuestro abuso son los antibióticos: cuando se descubrieron, hace casi un siglo, aumentaron nuestra esperanza de vida; pero hoy su mal uso ha llevado a que aumenten las infecciones bacterianas”.
¿Cuántos consejos sigue de los que usted nos da para ser longevos?
La norma es que hay que elegir entre vivir al límite o vivir más. Es decir que si ingieres, por ejemplo, tres comilonas diarias con bebidas alcohólicas deliciosas, tal vez vivas intensamente, pero no será mucho.
¿Basta con renunciar a los excesos?
Y con tener algunas virtudes. Yo duermo menos de nueve horas diarias y siempre más de seis...No hacerlo envejece.
¿Lo ha comprobado en el laboratorio?
Es una evidencia científica. Yo decidí dedicarme a la biología cuando en el laboratorio del cole vi la fecundación de un erizo de mar con el microscopio...
¿Momento epifánico?
Estudié Biología, especialidad biomedicina, en la UB y me doctoré en Biología Celular e investigué la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), tercera causa de muerte en este país.
¿Por qué mata tanto?
Satura los pulmones y la causan el tabaco, la contaminación... La Glaxo me dio una beca y después me fui a Chile, donde estudié por qué la población mapuche no contraía la EPOC e identificamos algunos de sus polimorfismos genéticos.
¿Por qué volvió?
Con investigadores de la UB vimos que las vías celulares-moleculares de la EPOC eran las mismas para el alzheimer y la epilepsia. Luego gané plaza de profesor en Farmacia. Y hoy siento el deber de divulgar la ciencia.
¿Alguna vez sufre insomnio?
Hago deporte para cansarme...
¿Corre? ¿ Intensity training?
Voy andando desde casa a la facultad: son seis kilómetros. Personalmente odio el ejercicio físico; pero leo libros –nunca pantallas después de las 19 h– y me relajo para ir desconectando de todo.
¿Y le dejan el trabajo, la familia, niños..?
Vivo solo con mis dos gatos.
¡Así cualquiera! ¿Y sin pareja?
Mi pareja y yo preferimos el living apart together: cada uno en su casa y nos vemos cuando queremos...
¿Con eso basta?
Me autoimpongo ejercicios de fuerza, porque hoy estamos viendo que hace falta musculación para afrontar la senectud con garantías y evitar en ella atrofias y caídas.
Además de la dieta mediterránea, ¿puede decirme algo que no sepamos ya?
La mediterránea es un clásico, sí, pero nunca sobra recordar que vamos descubriendo más perjuicios que nos causan los ultraprocesados. Yo ni los miro. Hagan lo mismo.
¿Qué come usted?
Me aplico la restricción calórica: como una sola vez cada veinticuatro horas desde el año 2015... Pero no es algo que se pueda hacer en la adolescencia y esa restricción solo se puede seguir con supervisión médica.
¿Cuántos años tiene usted?
Cuarenta y dos.
Ya sabe que parece más joven...
Eso me dicen.
¿Pero se tiñe el pelo?
...
Venga: no nos acompleje.
Bueno, sí. Mire: a mí la muerte no me preocupa, pero sí el envejecimiento mal llevado y el dolor que causa en muchas personas que sufren una vejez con pésima salud.
¿Cuándo ingiere su única comida?
Llego del trabajo a las seis y media o siete de la tarde y tomo el desayuno, almuerzo, comida y cena... Todo a la vez.
¿Y aguanta después solo con agua?
Y cafés sin azúcar ni leche. La restricción calórica frena el envejecimiento. Se trata de disminuir la ingesta entre un 20% y un 40 % y estar en ayunas muchas horas.
¿El cuerpo no se pone en ‘modo conservar calorías’ cuando se le restringen?
Bueno, tenemos resultados de laboratorio que dicen que no. Y le confieso que a mí no me gusta cocinar... Al final hay que lograr un balance razonable de lo que comes y quemas.
¿Suplementos, pastillas...?
Tomo metformina, pero es una opción muy personal y en absoluto una recomendación.
¿No es un fármaco para la diabetes?
Es un hipoglucemiante para tratar la diabetes 2, pero hay dos grandes estudios en marcha en EE.UU. Que pondrán en evidencia sus virtudes. Hay que esperar. Veremos.
¿Por qué se arriesga usted a tomarla?
En anteriores estudios se observó que los que la tomaban estaban mejor en general y se ha observado en diabéticos. Es barata, porque ya no paga patentes; y espero que se demuestre que activa vías metabólicas antiaging.
¿No toma otros suplementos, pastillas...?
El problema de esas noticias es que en el laboratorio todo parece funcionar, pero no cuando lo escalas con seres humanos. Tomo omega-3 y vitamina D, pero, de nuevo, son opciones personales, no recomendaciones.
Está usted muy pálido.
Evito el sol siempre y la piel lo agradece.
