‘Carpe diem’
Emilio es amigo. Emilio del Río es una de las personas más simpáticas, afables y eruditas que he tratado. Resumo: Emilio es un sabio. Bien lo saben los seguidores de sus artículos, lo saben los que escuchan a Pepa Fernández ( Hoy no es un día cualquiera, en RNE) y su sección dominical Verba Volant (las palabras vuelan) y lo saben como nadie los lectores de sus libros divulgativos: Latin lovers, Calamares a la romana, Locos por los clásicos o, recientemente, Carpe diem. Autoayúdate con los clásicos (Espasa), guía de saberes grecorromanos para bien vivir, para mejor vivir. A la mínima Emilio se calza toga romana y nos traslada a Roma y nos cuenta algo que amueblará tu cabeza, alegrará tu corazón, confortará tu ánimo y te hará algo más feliz. Este Emilio amical es un lujo imperial.
¿Cuándo nació el latín?
Hace 2.800 años: en el Lacio, centro de la península itálica.
Y cambió el mundo.
A Victor Hugo le preguntaron si la Revolución Francesa cambió el mundo y contestó, burlón: “¿A qué hora?”, jeje.
Y el latín ha sido expulsado de clase.
Del corral , que eso significa el latín aula . Pero la verdad es que hablamos latín todo el rato sin darnos cuenta. ¡Y están creciendo los matriculados en clásicas!
Ah, no lo sabía.
Sí, hay jóvenes que reaccionan a un sistema decadente.
Estará usted contento.
Latín, griego y cultura clásica son los cimientos de todo conocimiento hasta hoy. Estos saberes son algo útil para todos, pues, hagáis lo que hagáis.
¿Tanto como eso, Emilio?
Sí, somos lenguaje, y llevamos el latín dentro. Incluso entró en el euskera: ¡ agur !
Adiós, ¿verdad?
Sí, de augo/augere : que te vaya bien. Como augurio o in-augurar, propiciar buena suerte.
Vieja duda: ¿por qué el Quijote se despide con un “vale”?
Del latín valere (tener salud): Cervantes te desea, pues, “buena salud”.
Todo remite al latín, entiendo.
Tu nombre igual: Víctor (vencedor), Amela es almendra (del latín amigdala ) y Bonilla: bona filia , buen hijo/buena hija.
Pues hábleme ahora de sus padres.
Mi padre era un pastor soriano y se casó con una joven riojana, y fueron hortelanos. Cicerón dice que “la felicidad es una huerta-jardín y una biblioteca”.
Aspiro a lo mismo.
Y si amo a Cicerón es por esta gran frase: “La vida sin amistad nada vale”. Hablar con amigos es mi mayor placer. Esto lo recogería luego Baltasar Gracián.
¿Qué dijo nuestro Gracián?
Que por cuatro cosas es el hombre sabio: una, el diálogo con buenos amigos.
¿Y las otras tres?
Los años vividos, los caminos recorridos y los libros leídos.
¿Cuál es su libro leído favorito?
Preguntado Borges por cien libros para la biblioteca perfecta, soltó: “¡Cien Eneidas !”.
¿Cómo arranca la Eneida?
“Arma virumque cano”... O sea: “Canto a las armas y al hombre”, que huyendo de Troya llegó hasta aquí. La Eneida , obra magna de Virgilio, honra a Roma y Augusto.
¿Es Virgilio el mayor escritor latino?
Virgilio al morir pidió quemar la Eneida , por inconclusa. Le desobedecieron, menos mal. Virgilio había leído a Lucrecio, que a su vez había leído al griego Demócrito. Los griegos no están mal: inventaron la democracia, la filosofía y el teatro.
Buen balance, desde luego.
¿Y la filosofía qué es sino un buen diálogo entre amigos?
Con banquete de por medio: Platón.
Y entre jardines, si puede ser. Hoy se llevan los baños de bosque, ¿no? Ya Plinio dio la pauta para la salud: duerme bien, pasea mucho, come frugal... ¡y ten amigos!
¿A qué sabiduría ha llegado usted?
Una: el dinero no quita la felicidad. Dos: riqueza es necesitar poco. En resumen: el sabio pone lo material a su servicio, el necio se pone al servicio de lo material.
Más sabiduría, Emilio.
Ten humildad (de humus , tierra): ten los pies en la tierra, sencillamente. Por eso me enorgullezco tanto de mis padres.
¿Leían, ellos?
No. Y yo, hijo único, busqué compañía en los libros. Y luego, ávidamente, en los amigos. Y descubrí algo: casi todo lo bueno había sido dicho antes en latín o en griego.
¿Son un modo de autoayuda clásica?
Y autoayuda ¡de la buena! Así, sobre el amor... Lee a Safo, a Catulo, a Ovidio.
Deme una frase de autoayuda buena.
Lucrecio (cien años antes de Cristo): “El alma muere con el cuerpo, no hay juicio tras la muerte, la religión buena no consiste en ceremonias sino en dirigir al mundo una mirada tranquila”.
Una mirada tranquila... Entendido.
Y de Horacio, con su biblioteca y su huerto: “carpe diem”(cosecha el fruto del día).
¡Y devóralo!
Sus odas contienen sol, alegría, serenidad, búsqueda del lado positivo de la vida... Como bien cantan en el final de La vida de Bryan los pobres pero alegres crucificados. ¡Es todo un lema para mi vida!
Su palabra latina favorita es....
¡Concordia! Corazones juntos, significa literalmente.
Emilio, despídeme en latín.
“Victor carissime: vitam cum humore accipe, amore fruere... Et librum meum relege. Gaudebis!” (Víctor querido: tómate la vida con humor, goza del amor... Y relee mi libro. ¡Te divertirás!).
