Elsa Punset,filósofa del bienestar emocional:

“Al optimista todo le sale mejor”

Conocí el exilio en Londres, ahora vivo en Madrid. Soy escritora, filósofa y divulgadora. Madres de dos hijas, libres en política y abrazando el misterio.

Un gorrión cayó al suelo...

Tenía pocos días, iba a morir. Y lo metí en casa.

¿Lo salvó?

Sí. Y, un día, logró alzar el vuelo. Anteriormente, yo lo protegí y lo cuidé, y de su fragilidad adquirí muchos conocimientos.

¿Qué es lo primero que aprendió?

Que su fragilidad reflejaba la mía. Llevamos dentro el niño herido que fuimos.

¿Y qué hago con ese niño?

Comprender a tus padres, perdonarles y amarles: así pasas de niño a adulto.

¿Usted ya es adulta?

Me refiero a “segunda parte de la vida” y se puede acceder a ella en cualquier momento de la vida... O no.

¿En qué consiste?

En aprobarte, soltar lastre y liberar tus alas... Para volar alto.

Hace años usted me enseñó algo.

¿Ah, sí?

Me dijo: “Todas las emociones se reducen a dos: amor o miedo”.

Y así es. Y debemos decidir: o se vive con temor (desconfianza, recelo, lo malo conocido es preferible, soledad...) O con afecto.

¿Y en qué consiste vivir con amor?

Vivir confiado, alegre, creativo, abierto a otros, haciendo amigos nuevos...

Procuro vivir con amor.

¡Un gran legado para sus descendientes! Los hijos no absorben lecciones de las palabras de sus progenitores, sino de su ejemplo y acciones.

¿Este aserto lo avala la ciencia?

Está comprobado: de una persona, no recordarás sus palabras, ¡recordarás la impresión que te causó! No es el saber lo que nos cambia, sino la emoción.

¿Descartes y el racionalismo yerran?

Han perjudicado al planeta y a la especie humana. Antonio Damasio inició la crítica con su El error de Descartes: ¿seres racionales? ¡En absoluto! Somos criaturas emocionales.

Como su gorrioncito...

Comprendí con el gorrión que, aparte de alimento y refugio, todos requerimos algo más: afecto. De otros seres humanos y de animales. Estamos conectados a lo vivo.

¿Qué más le enseñó el gorrión?

¡Di que no! Traté de alimentarlo en exceso... Y él soltaba esa comida de su pico. Comprendí: establece tus valores y haz valer tus límites. Esto nos resulta especialmente difícil a las mujeres: ¡aprendamos!

A una amiga la ha dejado su pareja...

El duelo es una experiencia que no se puede evitar y que deberás enfrentar. Sin embargo, es crucial no quedarse atrapado en la tristeza; es el momento de retirarse temporalmente... Para poder resurgir con fuerza, de forma similar a como la naturaleza atraviesa el invierno antes de dar paso a la primavera.

¿Existe alguna brújula para saber si estamos yendo por buen camino?

Existen dos brújulas. Una: el cuerpo. Dos: la alegría.

¿El cuerpo?

Tu mente te confunde, pero tu cuerpo no: préstale atención. Una mujer desarrolló una alergia... ¿a qué? ¡Al pelo de su esposo! ¿Qué más elocuente podría ser? El cuerpo es pura sabiduría.

¿Y la alegría?

La felicidad se define como un vínculo contigo mismo y con tu entorno. Tiene un componente genético del cincuenta por ciento, mientras que el otro cincuenta por ciento se puede desarrollar activamente: puedes nutrirla buscando la luz del sol, disfrutando de una melodía agradable, sintiendo la brisa o compartiendo experiencias con otros.

¿Tiene que ver esto con la felicidad?

Con optimismo. El pesimista se ve como víctima, atribuyendo lo que le sucede a causas externas. El optimista, en cambio, toma acción y asume responsabilidad, lo que naturalmente conduce a mejores resultados.

No me ha dicho qué es la felicidad.

Es una mirada retrospectiva. Es volver la vista atrás y poder decirte: “Ha sido complicado... Pero todo tenía sentido y... ¡ha merecido la pena!”.

¿Somos buscadores de sentido?

Desde el siglo XX, nuestra atención se ha centrado en el placer, una sensación tan adictiva que provoca picos de dopamina, pero que invariablemente va seguida de... Un vacío. Hace tres décadas, la edad de mayor infelicidad se situaba en los 47,2 años; sin embargo, un estudio reciente en 130 naciones revela que la etapa más infeliz de la vida es ahora... ¡la juventud! ¿Ha seguido las noticias sobre Rosalía?

Sí, lo de Lux: ¿cómo lo interpreta?

Rosalía, como artista, ha logrado identificar esa carencia espiritual en la juventud, y a través de su música, sugiere que la presencia divina puede ser la solución.

¿Necesitamos la religión, pues?

Surge de nuevo la urgencia de reconectar con el entorno natural y proteger la Tierra, de restablecer el vínculo con todas las formas de vida. Y experimentamos la apremiante necesidad de imaginar.

¿Soñar?

Sí. ¡Soñar es tan esencial como alimentarse! Mi aspiración es asistir a las personas a que se den cuenta, a que mejoren.

¿Tiene para eso alguna técnica?

El “método Jane Fonda”. Si alguien me resulta atractivo, me acerco: “¿Quieres ser mi amigo?”, le hago una propuesta. Y ya cuento con cuatro amigos Jane Fonda en mi existencia.

¿Algún otro consejo, Elsa?

Mi madre (85 años) me ha dado un consejo recientemente: “Te va a encantar hacerte viejita”, me ha dicho. “¿Por qué?”, le he consultado, y ella responde: “¡Nunca había sido tan libre!”.

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