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Los alumnos con las mejores notas de selectividad eligen su futuro

NUEVO CURSO UNIVERSITARIO

Cuatro estudiantes con expedientes brillantes explican por qué han escogido sus estudios y qué esperan de su etapa universitaria

De izquierda a derecha, Aleix, Jan, Aina y Berta 

UB

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Son jóvenes, brillantes y están listos para emprender una nueva etapa en su vida: la universidad. 

Con la mejor nota de las pruebas de acceso a la Universidad (PAU) de Catalunya, Berta García empezará el grado en Ingeniería Biomédica en la Universidad de Barcelona. Y Aina Arqué, con la mejor nota de Lleida, cursará el grado en Bioquímica en la misma universidad. Asimismo, entrarán en la UB Aleix Gutiérrez, quien tiene la mejor nota de acceso (puntuación conseguida con las calificaciones de bachillerato y las PAU) y cursará Matemáticas e Ingeniería Informática, y Jan Pérez, que tiene una nota de acceso excelente (más de 13 puntos sobre 14) y optará por Filología Catalana.

En este reportaje, los cuatro explican qué les ha llevado a elegir sus estudios, qué esperan del futuro y cómo viven este momento crucial, entre la ilusión, la presión y el deseo de contribuir, desde campos muy distintos, a una sociedad mejor.

Muchos jóvenes no ven el catalán como una lengua útil ni atractiva, y prefieren comunicarse en castellano o en inglés”

Jan Pérez

Jan Pérez “confesa” que filología catalana no era su primera opción, pues inicialmente tenía previsto estudiar el doble grado de Historia e Historia del Arte. Fue a raíz de su Treball de Recerca sobre el uso social del catalán, cuando su tutora le hizo ver que lo que realmente le apasionaba eran las lenguas: “Fue en ese momento que empecé a plantearme en serio hacer Filología Catalana y, a medida que avanzaba con el trabajo, me convencí del todo”.

El cambio de rumbo no fue solo académico, también fue personal y social: “Escogí Filología no solo por interés académico, sino también por compromiso social. Sentía que podía aportar alguna cosa útil a la lengua catalana”, explica. 

En el caso de Jan también hay una preocupación clara por la situación del catalán entre la juventud. Él mismo lo observa a su alrededor: “Está claro que el uso del catalán entre los jóvenes está decayendo. Muchos no lo ven como una lengua útil ni atractiva, y prefieren comunicarse en castellano o en inglés porque creen que llegan a más gente”.

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Según Pérez, esta percepción convierte el catalán en algo que algunos jóvenes empiezan a ver como una lengua “folclórica” o “poco moderna”. Sin embargo, no todo son males augurios. Jan también reconoce que en los últimos años se está produciendo un pequeño giro con la aparición de fenómenos culturales en el mundo de la música, con grupos como los Figa Flawas o artistas como Julieta, que consiguen llenar festivales con una gran afluencia de público joven.

Y todo ello conecta con su futuro profesional, que todavía ve abierto, pero con un horizonte claro: “No tengo del todo definido qué haré, pero la docencia es una opción. También me interesa mucho la comunicación. Siempre he pensado que Filología Catalana puede complementar muy bien el periodismo. Quiero llevar este mensaje a más gente”, concluye. 

Creo que con este grado podré tener un impacto positivo en la sociedad”

Berta García

Un deseo de hacer llegar su mensaje y contribuir a la sociedad que, pese a venir de un ámbito humanístico, conecta directamente con lo que también expresaba Berta García, desde la ingeniería. “Creo que con este grado podré tener un impacto positivo en la sociedad”, decía la futura estudiante de Ingeniería Biomédica.

Con la mejor nota de las PAU en Catalunya, Berta ha elegido un grado exigente y multidisciplinar en la Universitat de Barcelona. Su decisión no fue inmediata. Al principio no tenía muy claro qué hacer: “Solo sabía que me gustaban las ciencias. Fue hacia marzo o abril de segundo de bachillerato cuando descubrí que Ingeniería Biomédica podía ser una opción ideal”, asegura convencida. 

Berta García, mejor nota de selectividad en Catalunya

Archivo familiar

Lo que le atrajo, explica, fue precisamente la transversalidad del grado, ya que no se veía haciendo carreras como física o matemáticas: “Quería algo que lo integrara todo, y además tuviera una parte aplicada y social. Ingeniería Biomédica lo sintetizaba todo”, confiesa.

Aun así, dentro de la ingeniería biomédica, Berta se siente especialmente atraída por dos ámbitos: el diseño de dispositivos médicos —como marcapasos y órganos artificiales— y la medicina regenerativa. Pero reconoce que no quiere cerrarse puertas, ya que aún queda “mucho por descubrir en este campo”, reconoce. 

Mientras Berta miraba hacia la ingeniería aplicada a la medicina, Aina Arqué, como la mejor nota de las PAU en Lleida, ha optado por otra rama de la ciencia: la bioquímica. Este septiembre, empezará el grado en la Universidad de Barcelona, decidida a adentrarse en el mundo molecular de nuestros cuerpos. “Siempre me ha interesado cómo funciona el cuerpo humano, pero desde un punto de vista más químico”, explica Aina. “La bioquímica me parecía el equilibrio perfecto, y una manera de entender los procesos que hacen posible la vida”, añade. 

Lo que se hace en investigación puede acabar teniendo un impacto real en la salud de las personas”

Aina Arqué

Su elección, dice, no fue improvisada. Desde hacía tiempo tenía claro que quería estudiar una carrera científica, pero no se veía en medicina o biología. Buscaba un ámbito con aplicación práctica y posibilidades reales de investigación.

“Me gusta mucho la idea de trabajar en un laboratorio, investigando”, asegura. “Lo que se hace en investigación puede acabar teniendo un impacto real en la salud de las personas.”

Como muchos estudiantes con expedientes brillantes, Aina no descarta formarse o investigar en el extranjero en un futuro. Pero de momento, quiere aprovechar todo lo que le ofrece la UB: “Primero quiero establecer una buena base aquí. Luego ya veré hacia donde me lleva el grado”.

Un planteamiento que comparte también Aleix Gutiérrez, que ha obtenido la mejor nota de acceso (puntuación conseguida con las calificaciones de bachillerato y las PAU) y ha apostado por el doble grado de Matemáticas e Ingeniería Informática en la Universitat de Barcelona.

Su elección no fue impulsiva. Aleix explica que dedicó tiempo a informarse a fondo antes de decidirse. Finalmente, optó por recalar en la Universidad de Barcelona. Hasta entonces residía en las islas Canarias, pero el hecho de tener familia en Barcelona facilitó la decisión.

Aunque todos estos estudiantes han elegido estudios muy diferentes —de la ingeniería biomédica a la filología catalana, pasando por la bioquímica o las matemáticas—, Berta, Jan, Aina y Aleix comparten una actitud similar: la de afrontar esta nueva etapa con ambición y vocación de servicio para aportar a la sociedad.