Los vecinos de la explosión de gas en l’Hospitalet tardarán días en volver a casa

Sucesos

La instalación eléctrica del edificio está maltrecha

Interior de l'establiment afectat per l'explosió provocada per la fuita de gas a l'Hospitalet de Llobregat.

El interior del restaurante de l’Hospitalet de Llobregat afectado 

Àlex Recolons / ACN

La fuga de gas por unas obras ajenas al restaurante Casa Varela de l’Hospitalet de Llobregat pero que acabó generando una explosión en dicho negocio el miércoles no supuso heridos, pero sí consecuencias para la decena de familias que viven en el edificio y para el propio establecimiento, que quedaron muy afectados. Tras pasar una primera noche fuera de casa, este jueves se confirmó que los vecinos tardarán días en regresar a sus viviendas.

El edificio no sufrió daños estructurales, pero según explicó Joan Enric Martí, subjefe de guardia de los Bombers de la Generalitat de Catalunya, la instalación eléctrica quedó maltrecha y no hay luz. Además, un tabique del establecimiento cedió haciendo que el negocio y las viviendas queden comunicadas.

Una persona pide alojamiento al Ayuntamiento

Hay instalaciones, puertas y ventanas rotas, cristales destrozados, el acceso al ascensor quedó afectado... en definitiva, hay trabajo por hacer para recuperar cierta normalidad. “La explosión fue de abajo hacia arriba, por eso el restaurante de la planta baja y los primeros pisos son los más afectados”, relató el portavoz de los bomberos.

Con resignación por la situación y el acompañamiento de los bomberos, los vecinos pudieron acceder a sus viviendas para recoger imprescindibles, como por ejemplo documentación o medicamentos. El Ayuntamiento se ofreció para buscarles alojamiento y una persona solicitó este recurso. Además, trabajadores de la oficina municipal de información al consumidor se desplazaron para asesorar a los afectados.

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La fuga de gas, que se produjo por la rotura de una tubería de alta presión, fue en la calle Natzaret, situada al lado de Blas Fernández Lirola, donde está el restaurante y el edificio afectado. No estaba abierto, pero los cocineros estaban trabajando en el momento de la explosión. 378 vecinos de varias calles fueron desalojados durante horas. Los Bombers reconocieron que la situación fue peligrosa por la gran cantidad de gas que se escapó, que desencadenó en la posibilidad de un nuevo estallido que finalmente no se produjo.

La situación afectó a un total de once bloques de viviendas, además de a la escuela Prat de la Manta. Este jueves, mientras la reparación de la tubería seguía con el escape de gas paralizado y su concentración controlada, sus alumnos hicieron clase repartidos en otros equipamientos. Tras la inspección de los bomberos, este viernes podrán volver a su centro educativo.

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