La T-Mobilitat llega al iPhone con un proceso de despliegue gradual

Movilidad

Apple ha abierto su sistema al transporte público de Catalunya por obligación de Bruselas

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El usuario de un iPhone abre la aplicación que le permite ya validar con el teléfono móvil

Llibert Teixidó

La historia del despliegue de la T-Mobilitat ha sido durante muchos años un cúmulo de despropósitos que en los últimos tiempos están quedando atrás. Uno de los principales flecos pendientes se acaba de resolver: la posibilidad de validar el transporte público directamente desde el iPhone, que es el sistema utilizado por cerca de uno de cada cuatro ciudadanos.

Hasta este viernes 20 de diciembre, los teléfonos con sistema operativo iOS podían recargar y consultar el saldo de la tarjeta, pero la validación al entrar en buses o trenes solo era posible hacerla con dispositivos Android con tecnología NFC. La Autoritat del Transport Metropolità (ATM) se escudaba –y con razón– en las trabas que ponía el hermético sistema de Apple para ofrecer dicha opción desde sus dispositivos, equipados con la tecnología pero cuyo uso está muy limitado para terceros. Aún así, está claro que quien la sigue, la consigue, y esa ha sido la actitud de los responsables del proyecto desde que Manuel Valdés se puso al frente a finales del año pasado.

París fue la primera, le sigue la T-Mobilitat y se podrán aprovechar otras ciudades

El problema llegó a Bruselas, donde la ATM fue la primera entidad de transporte público en presentar alegaciones a la Comisión Europea, que ha acabado obligando a Apple a abrir su sistema NFC a la T-Mobilitat y sistemas similares. La compañía estadounidense contemplaba el escenario de tarjetas ligadas a una entidad bancaria (como puede ser el caso de Londres) o a un sistema de prepago (como Japón o China), utilizadas para acceder al transporte público de sus respectivas ciudades desde hace años, pero en ningún caso estaba preparada para el modelo público. Pese a ser Barcelona quien llevó la iniciativa, la primera ciudad de la Unión Europea en conseguirlo fue París. Lo hizo por la vía rápida con la excusa de los Juegos Olímpicos y amparada en el acuerdo alcanzado hace casi un año entre Bruselas y Apple para poner fin a la situación de posición dominante en el sector de los pagos móviles mediante NFC.

Los resultados con los usuarios franceses han sido satisfactorios y, desde entonces, los técnicos de Apple y la ATM han estado trabajando para hacer lo mismo con la T-Mobilitat. “Ahora el mismo sistema podrá ser empleado por todas las ciudades que quieran”, destaca Valdés, que prometió tener activa esta opción antes de acabar el año y ha exprimido las opciones hasta conseguirlo dentro del calendario marcado.

El despliegue será gradual. El primer millar de usuarios que hará de conejillo de indias ya se ha registrado y ya puede subirse al tren, metro, autobús y tranvía validando con el teléfono. El primer cupo de la fase inicial controlada se ha alcanzado apenas unos minutos después de lanzar la actualización de la aplicación y, desde entonces, aparece un mensaje a los nuevos interesados informándoles que “se está activando de manera gradual para garantizar una experiencia estable”. Todos ellos quedan registrados en una cola virtual, que se irá desbloqueando durante los próximos días a medida que se vaya comprobando que todo funciona como corresponde.

La ATM ha tenido que recurrir a una empresa ajena a la concesionaria para desarrollar la tecnología necesaria

El desarrollo de la validación con iPhone se ha canalizado a través de una empresa privada, Smarting, en lugar de dejarlo en manos de la concesionaria SocMobilitat, que se ha caracterizado por la lentitud y acumula un largo historial de incumplimientos.

Una de las mejoras que se esperan para el año que viene será la posibilidad de poder utilizar más de un abono en el mismo soporte, una solución que llevan reclamando muchos usuarios desde el primer día para poder compaginar una tarjeta de una zona para moverse por un sitio y de varias zonas para trayectos más largos y que hasta ahora obliga a tener distintas tarjetas de plástico o de cartón. Lo que no se espera resolver a corto plazo es la comunicación entre los distintos billetes, de modo que aunque sean personales, la T-Mobilitat de plástico y la del teléfono móvil seguirán desconectadas, siendo dos distintas, en lugar de la misma.

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David Guerrero
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