Del Dakar a Lourdes; un viaje por los 20 años de trabajo para que el Tour salga desde Barcelona

El Grand Départ

La idea empezó a cocinarse en tiempos de Clos con una etapa en el 2009, y se cerró, tras mucho picar piedra, a principios del 2024 en una cena en casa de la presidenta de Barcelona Global

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La etapa del Tour del 9 de julio del 2009, por las calles de Barcelona. En este caso, el paseo Sant Joan

La etapa del Tour del 9 de julio del 2009, por las calles de Barcelona. En este caso, el paseo Sant Joan 

Mané Espinosa

Albert Dalmau se metió en un coche de la Vuelta a España para seguir la 13ª etapa, entre Formigal y el Col du Tourmalet, de 134 kilómetros y 4.020 metros de desnivel positivo. Era el 8 de septiembre del 2023. Poco podía imaginar el entonces gerente del Ayuntamiento de Barcelona que aquel paseo siguiendo las bicis sería un rally sobre asfalto a toda velocidad, con las ruedas gritando en las curvas. Se bajó del automóvil en la meta. Otros quizás habrían besado el suelo; a él le gustó la experiencia y, sobre todo, quedó prendado del nivel logístico de la carrera. Acto seguido, de la mano del concejal de Deportes, David Escudé, participó de una reunión que fue clave para que la capital catalana acoja, en 2026, la salida del Tour de Francia. Sucedió en la parte trasera del camión que ejerce de podio. Al otro lado de la mesa, entre otros, el director de la ronda francesa, Christian Prudhomme. Se entendían en inglés, hasta que el hoy conseller de Presidència, en un alarde que gustó y mucho a la comitiva gala, desenfundó un fino francés de mousquetaire para garantizar el compromiso, sobre todo económico, de la capital catalana. Minipunto para Barcelona. Fue uno de los días importantes para que el anhelado Grand Départ venga a Catalunya. Pero hubo otros. Y muchos años de picar piedra, visita a Lourdes incluida.

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Para llegar al presente, con tres etapas confirmadas en tierras catalanas del 2 al 4 de julio del año que viene, han sido necesarios ocho años de reuniones, promesas y confidencias. Pero mucho antes, en el 2005, en tiempos del alcalde Joan Clos, todo empezó con la idea de que una etapa del Tour de Francia recalara en Barcelona. Lo recuerda en conversación con este diario Pere Alcober, quien fuera responsable de Deportes desde 2003 hasta 2011. “Fue un proceso largo, de muchos viajes a París, pero el interés por ambas partes era muy claro y eso era fundamental para que vinieran en el 2009”, recuerda. Ayudó mucho la intermediación de Juan Porcar, que de las motos se pasó a los eventos deportivos a través de la empresa RPM. 

Febrero del 2011, de izquierda a derecha, Alcober, Yann le Moenner (CEO de ASO), Hereu y Proudhomme, tras negociar el 'grand départ' del 2014

Febrero del 2011; de izquierda a derecha, Alcober, Yann le Moenner (CEO de ASO), Hereu y Proudhomme, tras negociar el Grand Départ del 2014 

Kim Manresa

El expiloto había corrido el Dakar en varias ocasiones, y al término de su carrera, planteó a la propiedad -la empresa ASO, también dueña del Tour- que internacionalizara la salida. “Si las olimpiadas empezaron en Grecia y ahora se hacen en todas partes, el París-Dakar también podía moverse”, evoca hoy Porcar. Aquello prosperó, y no solo cambió la historia del mítico rally, que en el 2004 recaló en Barcelona, también generó una estrecha relación entre ambas partes, a la que se sumó Rubén Peris, el eterno director de la Volta a Catalunya. De los coches y las motos se pasó a las bicis. 

El precursor

Juan Porcar fue quien, primero con el rally de coches, animó a ASO a internacionalizar las salidas de las competiciones

Aquella etapa del 2009 por las calles barcelonesas fue un éxito de público. “Prudhomme quedó encantado, y al acabar nos reunimos en una carpa del village en las fuentes de Montjuïc. Ahí surgió la idea de que el Tour arrancara en Barcelona”, comparte Alcober. Jordi Hereu ya era alcalde y estuvo en ese encuentro. También Porcar. Todos de acuerdo: a por ello. En el ocaso del mandato, en febrero del 2011, a tres meses de las elecciones, el gobierno municipal daba por hecho que el Tour del 2014 empezaría en tierras catalanas tras una visita de Prudhomme a Sant Jaume. El acuerdo verbal ya era una realidad. “Existe un compromiso pero no hay nada concedido oficialmente”, aseguraba por aquellas fechas Alcober. 

Guillén, Peris, Escudé y Proudhomme, en la Volta del 2022, uno de los encuentros para avanzar hacia el 'grand départ' del Tour desde Barcelona

Guillén, Peris, Escudé y Prudhomme, en la Volta del 2022, uno de los encuentros para avanzar hacia el Grand Départ del Tour desde Barcelona 

LV

No se firmó ningún documento más por decoro que por las dudas electorales. También ASO, recuerda el exresponsable de Deportes, tenía un problema con el acuerdo de 2013 con Córcega, que quería cerrar antes de ponerle el lazo al tema de Barcelona. El cambio de gobierno municipal, sin embargo, con el traspaso de Hereu a Xavier Trias, generó un vuelco en la agenda y las prioridades: CiU optó por prescindir de la primera etapa del Tour de Francia. El proyecto se desvaneció y Leeds (Reino Unido) terminó llevándose el Grand Départ que se había reservado para la capital catalana. En estos 10 años la ronda francesa también ha salido desde Utrech (Países Bajos), Düsseldorf (Alemania), Bruselas (Bélgica), Florencia (Italia) y Bilbao, ciudad que abrazó la carrera en 2023 con gran éxito de afluencia. 

Marcha atrás

Tras las elecciones del 2011, CiU optó por no mantener la herencia del PSC y descartó albergar la salida del Tour en el 2014

El Ayuntamiento volvió a picar piedra a finales de la década anterior. Escudé calcula que habrán sido unos ocho años de mucho “hablar, viajar, convencer, seducir y prometer”. Y también de cerrar heridas, porque aquel adiós precipitado del 2011 no gustó a los siempre muy suyos franceses. Peris y el director de la Vuelta a España, Javier Guillén, echaron una mano en la reconciliación. “Siempre han estado ahí”, recalca el concejal socialista. En la última etapa de la Volta de hace seis años, el concejal de Deportes coincidió con Prudhomme. Cortaron juntos la cinta en el paseo de la Reina Maria Cristina, y claro, ya que estaban, charlaron un buen rato. “Cualquier momento era bueno para dejar clara la predisposición de Barcelona”.

El Tour de Francia, durante la etapa que en 1965 salió desde la plaza Catalunya de Barcelona

El Tour de Francia, durante la etapa que en 1965 salió desde la plaza Catalunya de Barcelona 

Carlos Pérez de Rozas

En los primeros encuentros en París, a principios del 2021, ASO planteó a Barcelona albergar la salida del 2028. Pero Escudé apretó para avanzar la fecha. A aquel encuentro le siguió una visita de los franceses al despacho de Jaume Collboni, por aquel entonces, teniente de alcalde. Prudhomme se marchó con el compromiso logístico y económico. Luego, tras repetidas idas y venidas a París, llegó la reunión con Dalmau desplegando savoir faire en el Tourmalet. “No tenía ni idea de lo que estaba diciendo –bromea Escudé– , pero a los franceses se les iluminó la cara cuando se puso a hablar en su idioma”. Solo faltaba la fecha: se había bajado al 2027, pero no bastaba.

La seducción

En un encuentro con Prudhomme en un camión de la Vuelta, Dalmau sorprendió a todos hablando en un perfecto francés

El desenlace se produjo a principios del 2024 en una cena en casa de Maite Barrera, presidenta de Barcelona Global, que ejerció de anfitriona con ambas partes en sendos lados de la mesa. Hubo un contratiempo: Collboni, ya alcalde, estaba enfermo; hecho unos zorros. No se quedó al ágape, pero sí se acercó a saludar a los representantes del Tour, a los que garantizó que todo saldría a pedir de boca. Apretón de manos y  vuelta a la cama. El resto (Escudé, Prudhomme, Dalmau, Peris, Guillén, entre otros) comieron, bebieron y llegaron a un acuerdo. La capital catalana se comprometía a invertir cerca de 10 millones de euros para albergar el Grand Départ del 2026. Misión cumplida.  

Escudé y Collboni, el pasado julio, tras anunciar que la presentación de los equipos se hará entre el Hospital de Sant Pau y la Sagrada Família

Escudé y Collboni, el pasado julio, tras anunciar que la presentación de los equipos se hará entre el Hospital de Sant Pau y la Sagrada Família 

Alejandro García / Efe

Dalmau recuerda bien toda aquella negociación. “Yo era el hombre del maletín”, bromea, por su papel de gerente municipal que debía cuadrar los números. Sostiene que el “verdadero conseguidor” del Tour ha sido Escudé y aplaude el “buen ejemplo de colaboración público-privada”. Sobre su francés en el Tourmalet, el hoy conseller de Presidència explica que aprendió el idioma en la escuela, pero también en casa, ya que los hermanos de su abuela vivieron exiliados en Francia. Termina el relato con una anécdota de ese mismo día en la etapa alpina de la Vuelta a España. Tras el encuentro con Prudhomme, Dalmau miró a Escudé y a Susanna Closa, gerente del Instituto de Deportes de Barcelona y les dijo: “Mirad, para que esto salga bien debemos ir a visitar al de arriba”. Se subieron a un coche y condujeron hasta el santuario de Lourdes. Hora y media de infinitas curvas. “Casi me matan, llegamos tardísimo al hotel”. Valió la pena. Deseo concedido.

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