Las cámaras de videovigilancia tienen muchas más utilidades que su función original. Permiten a los responsables del metro o el tren conocer también cuando se dan aglomeraciones o problemas en algún andén. Las paradas de autobús, en cambio, son un ángulo ciego para los gestores del transporte público. Solo reciben esa información cuando el conductor aprieta el botón en el que avisa al centro de control que ya no cabe ni un alfiler más en su vehículo.
Una posible solución para dotarse de más y mejor información es la prueba piloto que acaba de iniciar Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) en 14 paradas de la capital catalana. Una pequeña aleta instalada en la esquina de la marquesina recoge toda esa información que hasta ahora no tenían. Lo hace con unas cámaras a las que se les aplica una capa de inteligencia artificial para que detecte patrones de personas y vehículos, pero sin grabar a ninguna persona para respetar la regulación de privacidad.
La información en tiempo real que aporta esta prueba piloto a TMB permitirá adaptar y ajustar mejor la oferta
No hace falta tener las caras de los viajeros para conseguir el objetivo de disponer de una base de datos en tiempo real sobre la gente que hay en la parada de bus. “Esto permitirá regular mejor el servicio y adaptar la oferta a la demanda, al saber en todo momento cuánta gente hay esperando en la parada”, destaca Margarida López, responsable de innovación de TMB. También permitirá evaluar comportamientos y saber, por ejemplo, si hay un número elevado de personas que llega a la parada, mira la pantalla del tiempo de espera y decide irse si el tiempo es excesivo.
La tecnología aplicada es el resultado de un reto lanzado por el Barcelona Innova Lab Mobility, una iniciativa conjunta del Ayuntamiento y Fira de Barcelona, en la que se ha implicado esta vez también TMB. La empresa ganadora del reto ha sido la canadiense BusPas, que ha tenido que adaptar el sistema a los requerimientos de protección de datos europeos, lo que ha retrasado su implantación ya que se presentó en el Smart City Expo World Congress de hace un año.
Las cámaras se encuentran instaladas de manera muy discreta en la parte inferior de dispositivo
La discreta instalación en las paradas se acompaña de “una plataforma digital de datos para TMB con toda la información de interés que permite visualizar en tiempo real los datos y analizarlos posteriormente”, según explica Simon Emery, responsable de negocios de BusPas. Hasta junio se llevará a cabo la prueba piloto y cuando finalice se podrá valorar si vale la pena apostar por alguna solución de este estilo de manera permanente.
En ese punto de decisión se encuentra el otro reto de innovación en el que participó TMB recientemente, con cámaras que detectaban la ocupación indebida del carril bus. Con cuatro cámaras en dos autobuses, la tecnología de la empresa americana Hayden AI llegó a detectar 2.500 conductas sancionables en un mes. Como era a modo de prueba piloto no le llegaron a los conductores, pero el Ayuntamiento busca la fórmula para poder disponer de esta tecnología de manera permanente.
Igual que en la tecnología que se prueba ahora en las paradas, la privacidad de los datos en la vía pública complica el uso en Barcelona de sistemas que ya funcionan de manera estable en ciudades norteamericanas. Lo mismo que sucede con el bus autónomo que circula estos días por Montjuïc.

