Compromiso por el Tramvia Blau: proceso participativo en el 2026 y obras a finales del 2027
Rescate patrimonial
El alcalde Collboni garantiza que el proyecto, que tiene un coste de 46 millones de obras, incluida la reforma de la avenida del Tibidabo, se incluirá en los presupuestos del año de elecciones municipales
El tranvía número 7, el que se accidentó en agosto del 2012, este jueves, durante la presentación de la hoja de ruta para recuperar el Tramvia Blau
Pocos veían venir un compromiso tan concreto. Pero que el alcalde haya ido este jueves en persona a las cocheras del Tramvia Blau no podía ser un mero acto de almibarado postureo. Jaume Collboni, tras desgranar la dificultad del proyecto, que incluye la reforma de la avenida del Tibidabo, ha puesto al fin un calendario sobre la mesa para recuperar el menudo ferrocarril de Sant Gervasi, borrado del mapa el 28 de enero del 2018. La hoja de ruta municipal contempla un año de proceso participativo para discutir sobre un proyecto ejecutivo ya terminado -aunque voluble en ciertos aspectos-, empezar a licitar las obras entre finales del 2026 y principios del 2027 e iniciar las obras al término de ese mismo año, en el que tocan elecciones municipales. No hay que dar puntadas sin hilo.
Este diario ya les avanzó a mediados de septiembre los detalles del proyecto. Son 46 millones de euros que permitirán transformar la arteria que une las plazas de Kennedy y del Doctor Andreu, mejorar la infraestructura subterránea de recogida de agua pluvial para igualar la batalla contra el cambio climático y modernizar los cuatro vehículos que darán servicio al Tramvia Blau. Para todo ello serán necesarios como mínimo cuatro años, con lo que puede darse la coincidencia de que el ferrocarril de la zona alta vuelva al tiempo que el Trambaix y el Trambesòs se unan por la Diagonal tras casi 30 años de divorcio urbanístico. “Hoy es un día feliz para el Ayuntamiento -ha aseverado Collboni-. Esta es una reivindicación que pretende recuperar la identidad de la ciudad; tenemos que cuidar aquello que nos representa y que nos singulariza”.
Jaume Collboni, con las tenientes de alcalde Bonet y Gay y miembros de la asociación de vecinos de la avenida Tibidabo, este jueves, en el interior de un Tramvia Blau
El alcalde, junto a la teniente de alcalde de Urbanismo y presidenta de TMB, Laia Bonet, y la concejala de Sarrià-Sant Gervasi, Maria Eugènia Gay, se ha visto, antes de dar el anuncio, con la asociación de vecinos de la avenida Tibidabo. Alexander Scheffler, presidente de la entidad, ha compartido su sorpresa “por la concreción expuesta por Collboni”. “Ha superado nuestras expectativas, pero seguimos sin entender por qué en el 2018 Ada Colau decidió eliminarlo injustamente”.
El debate público
Se discutirá todo con la ciudadanía, menos la opción, descartada de entrada de separar la recuperación del tranvía de la reforma de la arteria
Falta mucho por concretar. El proceso participativo, por ejemplo, ¿qué margen de maniobra hay respecto a un proyecto ejecutivo ya cerrado con miles de páginas que llegan hasta el más mínimo detalle? El Ayuntamiento puede discutir con la ciudadanía si es necesario un carril bici de subida (no contemplado en el dibujo final) o si la parada sur es mejor delante de la Tamarita y no junto al edificio de la Rotonda como está previsto; también pueden debatirse las plazas de carga y descarga o las de moto, así como el mobiliario urbano o el tipo de farolas a instalar en una avenida tan nostrada como esta. Lo que seguro no es objeto de controversia es algo que la oposición y los vecinos reclamaron semanas atrás cuando Guayana Guardian publicó los detalles de la obra: recuperar el tranvía sin necesidad de tocar la avenida. El Consistorio tiene claro que una cosa no se hará sin la otra.
Raúl Andreu, biznieto del doctor Salvador Andreu, impulsor de la avenida del Tibidabo y del Tramvia Blau, este jueves, en la cochera
La futura explotación del tranvía es otro de los debates pendientes. Aunque hasta las cocheras se ha desplazado el consejero delegado de TMB, Xavier Flores, Collboni no ha querido confirmar que la empresa pública, que se hizo cargo del transporte a principios de los 80, siga al frente del negociado. La reflexión tiene una explicación económica, puesto que el Tramvia Blau perdía del orden de 725.000 euros anuales. Cómo pagar los 46 millones del proyecto es otro punto de la lista de tareas pendientes. La idea del gobierno del PSC es incluirlo en los presupuestos del 2027, pero den ustedes por seguro que los socialistas no podrán aprobar las cuentas en vísperas electorales y tocará prorrogar los números del 2026. El truco está en las ampliaciones de crédito. A ello se entrega el alcalde al recordar que todos los grupos de la oposición se han posicionado a favor de recuperar el Tramvia Blau. ¿Quién se atreve a decir que no a uno de los elementos identitarios -en palabras de Collboni- más importantes de la ciudad?