En 1931, Martí de Riquer publicó en la revista Iuventus una “Oda al pal telegràfic”. Es un poema divertido, con aquel punto de virtuosismo de antes, de gente leída y despabilada, que ligaban versos como nada. Dice: “Pal / Pal telegràfic / Pentagrama gràfic / Musical, / Anotat amb moixons, / -rossinyol, merla, pardal- / Que uneixen llurs cançons: / Pal / Pal telegràfic / Sembles un seràfic / Bàcul arquebisbal. / Arbre civilitzat, damunt tes branques, / Creixen tassetes blanques, / -dents de la humanitat-. / Els poetes aniran / Per cantar llurs versos sàfics / Als boscos que creixeran / De pals telegràfics, / I als moderns cementiris / En lloc dels xiprers tan alts / Posaran -més drets que ciris- / Uns quants telegràfics pals.”
He vuelto a pensar en ella estos días porque en un camino por el que voy a correr varias veces por semana he visto colocado uno de los nuevos postes de poliéster reforzado con fibra de vidrio que substituyen los postes de toda la vida. El tema es que para combatir la acción de hongos e insectos se utilizaba una substancia, la creosota, que resulta que es cancerígena. El poliéster reforzado con fibra de vidrio es una alternativa ligera y resistente, más cara y, si se me permite decirlo, con un impacto visual que tira de espaldas.
Nuevo poste de poliéster reforzado con fibra de vidrio
Los postes tienen un color de aironfix de madera, aquella textura que antes se colocaba en las neveras caras y en los laterales de los coches camperos. Y la forma, más que en un poste, hace pensar en el asta de las banderas hipertrofiadas que se levantan en las capitales. El gremio de carpinteros ha puesto el grito en el cielo. ¿No representaba que teníamos que ser naturales y sostenibles?
Los partidarios de los nuevos postes dicen que son muy resistentes, que no contaminan y que aguantarán cincuenta años. A mi personalmente no me gustan nada. Al pie del nuevo poste está el antiguo roto: un pedazo de madera. No lo ves como un residuo. Antes de convertirse en basura, el nuevo poste tiene ya una presencia invasiva y artificializa el paisaje, a pocos metros del parque natural.
Antiguo poste telegráfico, de madera
Siguiendo la tradición de odas de la literatura catalana contemporánea, he escrito una “Oda nova al pal telegràfic”, en homenaje al maestro Martí de Riquer, y como una manera de invitarles a ustedes a decir lo que piensan. No puede ser que nos llenen la montaña de poliéster y que nos quedemos tan panchos. “Pal / Pal de poliester / amb fibra de vidre / reforçat / Esquivat pels moixons, / -mallerengues, pit roigs, gaigs- / que fugen pels racons. / Pal / Pal de polièster / que els de Movistar / posen per dissimular / Arbre sofisticat / Damunt ta sola branca / passa la fibra òptica / -llum de la humanitat-. / Els rúnners aniran / a cantar l’alfals / als boscos que creixeran / de pals artificials. / I als moderns cementiris / de microplàstics, nanoplastics i PFA’s / en lloc dels xiprers tan alts / clavaran -més drets que ciris- / uns quants de poliester pals.”

