El trasiego de estupefacientes en el centro de la ciudad aviva las conjeturas. Efectivos de los Mossos d'Esquadra y de la Guardia Urbana llevaron a cabo el martes una intervención en el punto de venta de drogas situado en el pasaje del número 10 de la calle Santcliment, en el Raval. Este local está deteriorando rápidamente este sector del barrio, ya que atrae a numerosos adictos con urgencia que terminan por establecerse allí mismo sobre colchones, cajas de cartón y tiendas de campaña, sin necesidad de buscar otro lugar. La problemática está afectando negativamente a la vida de numerosos residentes.
Informantes vinculados al caso revelan que durante este operativo, los oficiales confiscaron múltiples porciones de metanfetamina, un par de balanzas de alta precisión y otros implementos comunes en el tráfico de drogas. “Este dispositivo conjunto es fruto de una investigación iniciada meses atrás, a raíz de múltiples quejas vecinales por la elevada afluencia de consumidores habituales de estupefacientes que venían a este piso a comprarlos y consumirlos. De ahí que se constituyera un equipo conjunto de investigación a fin de constatar la actividad delictiva y abordar los problemas de incivismo, molestias y degradación del entorno asociados”.
Alguien enciende una pipa en la entrada de un callejón del distrito barcelonés del Raval.
Officers also discovered several individuals using narcotics within the occupied residence. Furthermore, one person was apprehended for an offense against public health. Despite these actions, law enforcement was unable to reclaim possession of the apartment and definitively dismantle this drug distribution hub. These accounts illustrate that police interventions are inadequate to halt drug-related squatting, highlighting the intricate nature of housing management.
La institución bancaria ha dejado de abonar las cuotas de la comunidad de propietarios desde el último tramo de 2022.
Es común que en circunstancias parecidas los oficiales puedan recuperar propiedades ocupadas ilegalmente o arrendadas donde se cometen ilícitos, restituyéndolas a sus legítimos propietarios. Sin embargo, las fuentes expresan pesar porque en esta situación, un individuo que se encontraba ausente durante el operativo ha demostrado fehacientemente que utiliza la propiedad como residencia. “Así que no podemos desalojar el piso del mismo modo –siguen las fuentes–. Hemos de emplear otras vías que fácilmente pueden tardar un año en dar resultado”. Adicionalmente, muchos inquilinos y dueños que han seguido este caso se cuestionan, con gran frustración, a quién exactamente le será devuelta la vivienda.
Un colchón colocado ocasionalmente en la entrada de este camino de la calle Santcliment
La situación es realmente insólita. Hace años, el individuo que actualmente reside en esta propiedad era su dueño. Sin embargo, al dejar de abonar la hipoteca, el inmueble fue transferido a una entidad bancaria. Lo peculiar es que esta persona no abandonó la vivienda en ese momento. Permaneció allí. Tampoco se marchó cuando un fondo de inversión adquirió la propiedad. Nos referimos a una firma con intenciones poco claras. Un día, a finales de 2022, saldó todas las deudas pendientes con la comunidad de propietarios y cedió la titularidad a otro fondo de inversión todavía más desconcertante. En ese instante, el residente de la vivienda tampoco mostró reacción alguna.
Los administradores de esta propiedad señalan además que el nuevo dueño jamás abonó las cuotas debidas, que desconocen su identidad, y que sus intentos por contactarlo resultaron infructuosos. “¿Cuáles son los verdaderos intereses de unos propietarios que no hacen otra cosa que dejar que su propiedad y su entorno se degraden poco a poco? ¿a quién le puede interesar que todo empeore?”. Los residentes también comentan que, a lo largo de estos años, surgieron algunas personas interesadas en adquirir esta vivienda, pero que no consiguieron siquiera presentar sus propuestas.
La policía no puede proceder con un desalojo rápido de esta propiedad, ya que su ocupante ha demostrado que la utiliza como su residencia.
“No sabemos nada de los planes de este fondo. Pero nosotros sí que queremos que este pasaje vuelva a ser un lugar donde merece la pena vivir. Pero como no somos los propietarios del dichoso narcopiso siquiera pudimos denunciar su ocupación. Te dicen que tiene que hacerlo el propietario. Así no hay modo de salir de esta. Los ocupas también pinchan los suministros ¡tienen una manguera que sube por las escaleras! Y también tratamos de denunciarlo, pero todo son trabas... A veces tienes la impresión de que todo el mundo pasa de todo”.


