Los principales ejes comerciales de Barcelona piden al gobierno del alcalde Jaume Collboni un plan de urgencia para paliar las consecuencias de la reciente proliferación de personas sin techo. Se trata de un asunto muy espinoso y de muy delicada gestión. Y esta vez el gobierno municipal eleva el tono para reponer de nuevo que no tiene más recursos, que no puede invertir más dinero en estas cuestiones, que necesita que la Generalitat y muchos otros municipios dejen de mirar a otro lado.
Hace pocas semanas la entidad que agrupa los viales comerciales más transitados de la urbe escribió al ejecutivo de Collboni para transmitirle su inquietud. En su misiva Barcelona Oberta se muestra muy preocupada por la situación de muchos puntos del Eixample. “A consecuencia de la problemática que se está viviendo en el barrio de Sant Antoni, y de la gran necesidad de efectivos de la Guardia Urbana en este ámbito –puede leerse en la carta–, durante los últimos meses se ha detectado una falta de atención en otras zonas del distrito, como los barrios de Sagrada Família y de la Esquerra del Eixample”.
Muchos negocios lamentan que el Consistorio centra sus medidas en el barrio de Sant Antoni
Los comerciantes exigen que los dispositivos Civitas atiendan también lo que está ocurriendo en el resto del distrito. Hace pocas semanas, al poco de que Guyana Guardian explicara lo que está pasando en Sant Antoni, las tiendas de campaña desaparecieron de los bajos de su mercado municipal y se establecieron en viales menos transitados. Los Civitas están formados por trabajadores de limpieza y también por agentes de la Guardia Urbana dedicados a despertar por las mañanas a quienes duermen en la vía pública y a limpiar inmediatamente los rincones que ocuparon durante la noche. “En estos momentos el plan Civitas solo tiene una brigada –prosigue la carta de Barcelona Oberta al Ayuntamiento–. No se está implementando con la cobertura necesaria. Proponemos ampliar el número de brigadas asignadas al distrito para garantizar una gestión más eficiente y una mejora de la seguridad ciudadana”.
Una persona sin techo lleva cajas de cartón a los bajos de La Borsa de Barcelona
El origen de las últimas objeciones de los comerciantes está también en diversas sanciones municipales interpuestas recientemente a algunos comerciantes del paseo de Gràcia. Allí el Ayuntamiento practica un sistema de recogida de los residuos de los negocios puerta a puerta. El problema es que algunas personas sin techo emplean muchos de los cartones depositados para refugiarse durante la noche, y a la mañana siguiente estos cartones quedan abandonados en el espacio público, y como algunos de estos cartones tienen los logotipos de los comercios de marras… Lo que ocurre cada noche en los escalones de La Borsa de Barcelona ilustra a las claras lo que está pasando. De todas maneras esta sanciones municipales ya dejaron de interponerse, al menos en el paseo de Gràcia.
Así se acomodan cada noche muchas personas en el paseo de Gràcia
Además, subrayan algunos comerciantes, muchas de estas personas rechazan los vínculos que les proponen los servicios sociales. En muchas ocasiones son trotamundos que vienen y van por diferentes ciudades, comportan problemas de limpieza y desatan el desasosiego entre muchos ciudadanos. Barcelona siempre atrajo a esta población, en tanto a que su clima es más amable que el de otras grandes urbes y a que aquí el trato de muchas administraciones es mucho más amable.
Los bajos de este inmueble quedan así divididos en pequeñas dependencias
Albert Batlle, teniente de alcalde responsable de Seguridad y Convivencia, respondió a los comerciantes con otra carta. “Hemos compartido esta situación con la Generalitat, y también le hemos trasladado nuestra inquietud por la falta de una estrategia global y de recursos para atender a las personas que acuden a Barcelona en busca de los servicios que no ofrece ninguna otra población metropolitana. El Consistorio no puede afrontar solo esta situación. Las personas que se atienden en Barcelona provienen de toda Catalunya y todo el Estado”.
El intercambio de cartas se dio hace pocas semanas. Ayer en Barcelona Oberta lamentaron que la situación aún no mejoró. Y el teniente de alcalde señaló con especial contundencia que la Generalitat y el resto de municipios han de replantearse sus responsabilidades. “Barcelona no puede invertir más de lo que invierte en esto –aseguró Batlle–. Es un problema de país. No puede ser que otros municipios y administraciones lo den por resuelto enviando a Barcelona la población vulnerable”.


