Posteriormente, se argumentará que los comunes carecen de transversalidad. Este viernes marcó el final de una era en la sesión plenaria del Ayuntamiento, con la partida de Janet Sanz después de 14 años como concejal, inicialmente de Iniciativa y más recientemente de BComú. Tras la despedida oficial, se organizó un refrigerio en su honor en el Saló de Cròniques. Se sirvió cava en copas de vino, aunque esto no fue impedimento. Asistieron los invitados esperados –como Ada Colau, Jéssica Albiach, Ricard Gomà, Jordi Martí Grau, Imma Mayol y Ernest Urtasun, quien se ausentó del ágape debido a sus responsabilidades como ministro de Cultura– pero la celebración también contó con la presencia de Joan Laporta, Alberto Fernández Díaz, Damià Calvet y Josep Rius. Hubo risas y brindis tras una reunión en la que se alcanzaron acuerdos de una naturaleza inusual. Sin duda, fue una sesión plenaria navideña que presagió una tregua antes del inicio del año que definirá el curso de las elecciones municipales de mayo de 2027.
Se ha aprobado, entre otros asuntos, la desatascado la construcción de las escuelas públicas Gaia, Entença y Xirinacs, con el apoyo de Junts, PSC, BComú, ERC y PP. Asimismo, se ha dado luz verde definitiva a la modificación de la desfasada ordenanza del civismo que data de hace dos décadas, con los votos a favor de Junts, PSC y Esquerra. También ha prosperado la regulación para la sujeción de propiedades al derecho de tanteo y retracto, facilitando su cesión a entidades (PSC, BComú y ERC). Finalmente, se ha votado positivamente el nuevo plan urbanístico especial para Sant Martí, respaldado por Junts, PSC, ERC y comunes.
Novedades
Los ediles aprueban la construcción de tres colegios en el Eixample y la modernización de la obsoleta normativa de civismo.
En cuanto a las propuestas de los grupos, solo BComú y Vox no han logrado la aprobación. BComú ha sugerido reconsiderar la estrategia del ayuntamiento para que el teatro Capitol se convierta en un espacio público sin tener que ceder tanto a las exigencias del propietario actual, quien a cambio solicita una recalificación del edificio Telefónica en plaza Catalunya. Por su parte, Vox ha presentado un plan de ayuda a mujeres embarazadas que no ha sido del agrado de los demás partidos. Sin embargo, sí han sido aprobadas una serie de medidas propuestas por Junts para beneficiar al comercio local, la iniciativa de Esquerra para regular los supermercados abiertos las 24 horas que proliferan por Barcelona, y la propuesta del PP para incrementar la seguridad en los mercados navideños.
Janet Sanz y Joan Laporta, este viernes, en el piscolabis de despedida de la concejala de BComú
No ha tenido tanta suerte la propuesta de crear una comisión para analizar cómo la urbe puede detener la adquisición de inmuebles con propósitos especulativos. Y eso que hace dos meses, en la comisión de Urbanismo, sí logró pasar el corte. ¿Qué ha cambiado? Junts y los comunes, que entonces dijeron sí a la iniciativa lanzada por ERC, bascularon ayer hacia el no. Los primeros, porque el Parlament ya está en ello y, como ha compartido Calvet, mejor “no perder el tiempo”. Los segundos, porque ahora ya no quieren ser cómplices, ha resumido Lucía Martín, de un “nuevo intento del PSC de hacer ver que hacen algo en materia de vivienda”. La concejala de los comunes también ha acusado a Esquerra de ser la “comparsa” de los socialistas, un duelo de baja intensidad –en el fondo se intuye una pelea de gallos de izquierdas por el copyright de los asuntos vinculados a la crisis habitacional– que ha sido un espejismo en un pleno de los más almibarados de los últimos tiempos.
Cónclave almibarado
La única pequeña divergencia de la jornada, entre los Comunes y ERC, concerniente a quién se le debía otorgar el mérito por los asuntos relacionados con la crisis de vivienda.
Alrededor de las 15.45, Sanz ha intervenido para ofrecer su discurso de despedida como edil del Ayuntamiento de Barcelona. “Es la primera vez que me pongo de pie: la ocasión lo merece”, ha comentado con humor. En la tribuna, destacadas figuras de los comunes, junto a familiares y amistades. La alcaldesa Ada Colau, quien dejó el Ayuntamiento en octubre de 2024, se encontraba justo detrás de la concejala saliente Sanz. Su intervención ha sido un recorrido histórico, comenzando con el primer mitin de Joan Herrera que la impulsó fuertemente hacia el “marxismo y el ecologismo”, hasta la más reciente desestimación de una denuncia sobre sus políticas de vía pública durante sus ocho años en la administración municipal.
El grupo municipal de BComú aplaude a Sanz tras su discurso de despedida
Sus dos grandes intereses de los últimos años, el urbanismo y Nou Barris, distrito del que fue concejala, no han estado ausentes. “Si hubiera nacido en Barcelona (vino al mundo en Tamarite de Litera en 1984), me hubiera gustado crecer en Nou Barris”, afirmó. En lo que respecta a la concepción del espacio público, Sanz es responsable de iniciativas como la conexión del tranvía, el corredor verde de Consell de Cent, la supermanzana del Poblenou y las remodelaciones de Via Laietana y la Meridiana. “El urbanismo lo puede cambiar todo; puede construir derechos y deshacer los privilegios”, concluyó. La oposición ha coincidido en sus elogios, describiéndola como apasionada, audaz y con firmes principios. Quizás Jordi Coronas (ERC) fue quien más se extendió y se salió del guion: “El tranvía..., el puto tranvía –lucharon juntos por la conexión–. Que nos lo dejen llevar el primer día que llegue a Francesc Macià”.
22,3 millones de euros
Nueva instalación municipal en Via Laietana
El gobierno municipal dio luz verde este viernes a la compra completa del inmueble ubicado en Via Laietana, números 8 y 10. Esta propiedad, que abarca más de 20.000 metros cuadrados, implica una maniobra estratégica que transformará la actividad pública en el barrio de Ciutat Vella. Al reubicar oficinas municipales en esta edificación (donde trabajan más de 700 empleados), se liberará superficie para la construcción de más de 70 viviendas sociales y para la instalación del centro de atención primaria CAP Gòtic en la plaza Pi i Sunyer, actualmente sede de la gerencia de Movilidad y Seguridad. La municipalidad desembolsará 22,35 millones de euros al Estado. Previamente, en 2014, la urbe había abonado 14,9 millones a la Generalitat, dueña de la otra mitad de la considerable propiedad.


