El aumento de accidentes en las vías secundarias de Tarragona genera gran preocupación.

Movilidad

La carretera T-314, que conecta Cambrils y Reus, lidera el índice de peligrosidad vial en Cataluña, mientras que la N-340 en el tramo de Torredembarra registra la mayor concentración de percances con vehículos pesados.

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La N-340 a su paso por Torredembarra en una imagen de archivo

ACN

Durante los últimos cinco años, la carretera La Rabassada, situada entre Barcelona y Sant Cugat, ha ostentado el desafortunado título de ser la vía con mayor peligro de siniestro en Catalunya. A pesar de las distintas acciones implementadas, el comportamiento imprudente en la carretera persiste, y los frecuentes accidentes graves que involucran a motociclistas continúan siendo una cuestión sin solución.

A pesar de ello, en la versión más reciente del mapa de peligrosidad que el RACC elabora cada año empleando la metodología internacional IRAP (anteriormente EuroRAP), la T-314, la carretera local que atraviesa el Parc Samà y conecta Cambrils con Reus, ha ocupado este año el primer puesto. Se trata de un tramo recto que incita a exceder la velocidad permitida, con un solo carril en cada dirección sin barrera divisoria y con frecuentes accesos a caminos rurales que conducen a las fincas circundantes. En esta carretera fallecieron dos jóvenes el año pasado, y otro sufrió muerte cerebral.

“No es la única carretera de la zona con alta concentración de accidentes, la T-310 y la T-312 también han tenido varios”, according to the director of the Servei Català de Trànsit, Ramon Lamiel, who has been compelled to concentrate on the accident rate on Tarragona's regional roads recently due to the concern expressed by local and regional authorities. Drivers in the area, for their part, avoid them whenever feasible, aware of the risks they present.

La carretera N-340, que solía ser un lugar con una alta frecuencia de percances, ha experimentado una notable mejora desde la implementación de medidas para redirigir el tráfico de camiones hacia la autopista AP-7. Posteriormente, la eliminación de las cabinas de peaje liberó completamente la vía nacional del tránsito de paso, aunque en ciertas secciones aún se observa una considerable circulación local de camiones. De hecho, el segmento con la mayor cantidad de incidentes que involucran vehículos pesados es la N-340 en el tramo que funciona como circunvalación de Torredembarra, superando a la AP-7. Este tramo, según el informe del RACC en el que también participan Trànsit, el departamento de Territori de la Generalitat y la Diputación de Barcelona, cuenta con hasta tres puntos entre los diez con más accidentes de camiones.

Fuera de Tarragona, los diez tramos con mayor probabilidad de siniestros comparten una cualidad: son carreteras convencionales, aquellas con un único carril para cada dirección. Este tipo de vías son escenario de la mayoría de los accidentes graves o fatales. Mientras que durante un largo periodo la Generalitat propuso la estrategia 2+1, que incluía carriles de adelantamiento y barreras físicas separando los dos sentidos, ahora el director general de Infraestructuras de la Generalitat, David Prat, favorece complementarla con bandas sonoras. Esta medida ya se está implementando en algunas de las rutas comarcales más problemáticas del Baix Camp y en otros lugares de la red de carreteras de Cataluña.

Los accidentes de tráfico en vías que no son de doble calzada ocasionan un daño financiero que es el triple de grande en comparación con los que suceden en autopistas.

Un factor que subraya esta urgencia es el costo social asociado a los siniestros por kilómetro recorrido, una métrica novedosa incorporada en la versión más reciente del IRAP. Con fundamento en la cantidad de percances y la frecuencia de uso de las vías, se determina que “el coste social de la siniestralidad en las carreteras convencionales es tres veces más alto que en las vías desdobladas”, enfatiza Cristian Bardají, quien dirige el departamento de movilidad del RACC. 

Esto le lleva a inferir que “las vías convencionales necesitan más atención y mantenimiento”, tal como se evidencia en el registro de vías con mayor probabilidad de siniestros, las cuales se sitúan en un escenario donde el desplazamiento ha aumentado un 4,5% en el transcurso de los últimos tres años y los percances viales han experimentado un incremento del 4,97%.

Aproximadamente la mitad de los siniestros serios en Cataluña involucran a motocicletas.

Como es costumbre en años recientes, discutir los accidentes en Cataluña implica también hablar de motocicletas. El informe de hace dos años indicaba que las motocicletas estaban involucradas en el 44% de los siniestros viales con fallecidos y heridos graves; el del año pasado situaba esa cifra en el 45%, y en esta ocasión aumenta al 47%, una tendencia que parece imparable. Las estadísticas mantienen en estado de alerta a las autoridades competentes, dado que las motocicletas participan en casi la mitad de los accidentes, a pesar de representar únicamente el 3% de la movilidad en las vías catalanas.

En lo que respecta a las motocicletas, las secciones con mayor incidencia de siniestros se localizan en las cercanías de Barcelona. Unicamente seis segmentos dentro de la zona metropolitana registraron el 80% de los fallecimientos y las lesiones de gravedad entre motoristas, incluyendo todas las arterias principales de acceso a la urbe condal: C-31, A-2, C-32, C-58, ronda Litoral, entre otras. La ronda de Dalt, por su parte, ha sido eliminada de la lista este año.

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