La Escuela Agraria del Pallars está formando diez alumnos para garantizar el relevo del sector de la carnicería y la charcutería en el Pirineo y calificar a futuros profesionales para cubrir puestos de trabajo en empresas. El centro de formación dispone de diez plazas en empresas cárnicas de la comarca donde los alumnos realizan prácticas y perfeccionan sus conocimientos.
El curso comenzó en enero y se alargará hasta principios del próximo año, cuando está previsto que los estudiantes obtengan el certificado oficial que acredita sus competencias en carnicería y elaboración de productos cárnicos. Este certificado quiere favorecer su empleo y, al mismo tiempo, paliar las dificultades en el relevo generacional y la formación de profesionales cualificados.
La directora de la Escuela Agraria del Pallars, Mari Pau Montoro, explica que apostaron por ofrecer esta formación tras constatar una preocupación “muy destacable” del sector en una jornada técnica que tuvo lugar el año pasado en Tremp.
El sector alertó entonces de una falta de reconocimiento de la profesión, de la necesidad de realizar formaciones especializadas, conseguir más profesionales cualificados, dar más visibilidad al trabajo y apostar por el producto de proximidad y la calidad.
Ante los problemas por encontrar personal formado, el centro decidió poner en marcha esta certificación, junto con la oficina Reintegra. La primera edición ha tenido una muy buena acogida por parte del sector.
Esta modalidad dual permite un alto grado de inserción laboral, puesto que los alumnos pasan un año en una empresa, formándose según sus necesidades.
El charcutero Jaume Badia se muestra satisfecho con la puesta en marcha de esta formación, que le ha permitido acoger a una alumna en su negocio. “Nuestra situación es dramática porque no tenemos relieve generacional y parece que la gente joven no ve demasiado bien esta profesión”, lamenta Badia.

