La nieve ha hecho acto de presencia, por primera vez esta temporada, bajando hasta la cota 1.700 del Pirineo de Lleida.
Las montañas han quedado teñidas de blanco y el puerto de la Bonaigua (C-28) y el puerto del Cantó (N-260) han acumulado espesores de entre los cuatro y diez centímetros.
Las primeras máquinas quitanieves ya se han visto, este jueves, limpiando las carreteras. La imagen de las estaciones de esquí ha cambiado completamente y las pistas han quedado encaladas.
Port Ainé ha registrado unos 10 centímetros por encima de la cota 2.000 y la estación de nórdico de Tuixent unos 4 centímetros. La nevada ha sido generalizada en todo el Pirineo occidental
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