La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, presentó ayer Milla Canal, un proyecto dotado con un presupuesto de 18 millones de euros que incluye la transformación integral de las instalaciones deportivas de Canal de Isabel II en el distrito capitalino de Chamberí y la construcción de una playa urbana.
La intervención, detalla la Comunidad en una nota, creará un “nuevo eje deportivo y cultural” al integrar las instalaciones deportivas en su entorno urbano y mejorar los accesos al recinto.
Recuperar edificios históricos
En paralelo, se recuperarán “edificaciones con valor histórico y arquitectónico” y se construirán otras nuevas para albergar salas, vestuarios, aseos, oficinas y cafetería.
Tras su próxima licitación, las obras comenzarán a lo largo de 2026 y las primeras intervenciones acabadas “se podrán ver en 2027”, según la Comunidad.
Como primer hito de esta iniciativa, Díaz Ayuso ha inaugurado el rehabilitado espacio de la Fuente del río Lozoya, situado en el número 49 de la calle Bravo Murillo, y con el que se recupera para los ciudadanos este monumento público del siglo XIX.
Uno de los cambios más destacados se dará en la piscina, que tendrá anexa una zona verde de 2.500 metros cuadrados que se usará como “playa” en verano y como espacio para actividades al aire libre en invierno.
Los equipamientos existentes, que actualmente cuentan con medio millón de usuarios y dan servicio a los distritos de Tetuán, Moncloa y Chamberí, se modernizarán y ampliarán, con acciones como la mejora y reubicación de las pistas de tenis de tierra batida, la instalación de una nueva pista de pádel y la renovación de gimnasios.
También, se creará una terraza ajardinada para la cafetería del nuevo edificio Boix y Morer, nombrado en honor a los ingenieros que diseñaron el segundo depósito de Canal de Isabel II, que albergará salas deportivas, vestuarios, aseos, oficinas y otros espacios.
Y el actual inmueble de administración, con protección patrimonial, se reformará “recuperando su esencia”.
Díaz Ayuso ha avanzado además que pedirá al Ayuntamiento de Madrid que, “al menos los domingos”, haga peatonal el tramo de la calle Bravo Murillo que discurre en paralelo a este espacio, para así realzar su disfrute.