Durante estos días, en alguna línea de metro de Madrid se ven personas con un chaleco amarillo, que gritan “entren, pasen, pasen...” Son personal del metro de Madrid, conocidos en otros países como Japón como “empujadores”. Un trabajo bastante ingrato porque su labor consiste en que la gente entre rápido a los vagones de metro y se suba el mayor número de personas posibles.
En la Comunidad de Madrid prefieren llamarlos ayudantes, empleados de distribución, guías de anden, agentes... porque realmente no pueden tocar a los pasajeros. Explican desde Metro de Madrid que estos empleados son también los primeros que bajan al andén cuando se producen situaciones complicadas, como por ejemplo le da un infarto a un viajero.
Metro de Madrid ha puesto a un total de 120 personas a llevar a cabo esa labor estos días de grandes problemas de movilidad en estaciones emblemáticas, como Gregorio Marañón, Callao, Avenida de América, Nuevos Ministerios... entre otras.
Es una forma de llenar los vagones a tope de gente para aprovechar bien cada trayecto, pero que implica que mucha gente va de pie y no puede ni moverse.
Jefes de sector, que gritan “entren, entren”
La Comunidad de Madrid niega que se trate de empujadores, sino que los denomina técnicamente “jefes de sector” a este personal, que trabaja en los andenes. Es cierto que no empujan, pero gritan para que acceda el máximo número de personas posibles.
Desde Metro de Madrid explican a La Vanguardia que “no es algo nuevo”. Y las mismas fuentes añaden: “es personal de metro, como jefes de línea, técnicos del sector...”, que ahora están en los andenes “para mejorar la movilidad”.
En el lado opuesto, se sitúan los viajeros que consideran que viajan “como latas de sardinas”. Muchos se quejan en redes sociales de lo apretados que van.
Esta semana en el pleno del Ayuntamiento ya salió el tema y un concejal de Más Madrid acusó al Gobierno del PP de instalar esta figura en el metro, pero el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, tiró balones fuera y dijo que algunos transportes públicos, como el propio metro, o los trenes de cercanías no son competencia suya. Hoy llega el tema a la Asamblea e Isabel Díaz Ayuso tratará de defenderse con el arma de que los trenes de cercanías, que dependen del Gobierno central, funcionan peor que el metro.


