“De todos los riesgos naturales el que más mortalidad causa es la temperatura extrema; anualmente, son más de cinco millones las personas que mueren a causa de temperaturas no óptimas en el mundo”. Son palabras de Dominic Roye, investigador del centro Ramón y Cajal que intervino ayer en la I Conferencia de Expertos sobre Cambio Climático y Territorio en el Mediterráneo Ibérico.
Por ello, varios de los expertos que intervinieron en la jornada pusieron el foco en la necesidad de proteger a una población cada vez más envejecida y, por tanto, cada vez más vulnerable. Ya en la primera ponencia, Javier Martin Vide, catedrático emérito de Geografía Física de la Universidad de Barcelona, había alertado sobre la necesidad de crear “refugios climáticos” en las ciudades mediterráneas, destinados a esa población que carece de medios propios para refugiarse en sus casas bajo la protección del aire acondicionado.
“Más de cinco millones de personas mueren a causa de temperaturas no óptimas en el mundo cada año”, dijo Roye
Roye se mostró de acuerdo, pero llamó la atención sobre el hecho de que este tipo de refugios, que ya se están creando en algunas ciudades, solo están operativos de día, cuando son las noches tórridas de verano las que causan una falta de descanso que influye directamente en el aumento de “muertes prematuras”. El investigador introdujo el concepto de “justicia climática”, para exponer que la lucha contra la desigualdad “es clave para luchar contra los efectos del cambio climático”. No solo debido al efecto directo sobre la salud de los más vulnerables, sino sobre el menor rendimiento escolar y laboral de quienes quienes no tienen medios para combatir el creciente bochorno nocturno.
En esa línea, el profesor Martin Vide consideró prioritaria la mejora del aislamiento térmico de las viviendas y la acción de equipos sociosanitarios específicos que presten ayuda a los mayores. Y ofreció un dato significativo: en los últimos veranos el Mediterráneo español está registrando hasta 100 noches tropicales (con temperaturas superiores a los 20º) y entre 20 y 25 noches tórridas (por encima de los 25º) que están aumentando la morbilidad y la mortalidad entre personas mayores.
El investigador insistió en la necesidad de crear -y mejorar allí donde ya existen- planes locales de adaptación al cambio climático
El profesor Roye mencionó un reciente estudio realizado en 854 ciudades europeas según el cual, en el caso de no adoptarse medidas significativas, “la carga neta de mortalidad relacionada con el cambio climático podría aumentar un 49,9%”, e incluso en escenarios más optimistas aumentará significativamente, sobre todo en el área mediterránea y en los países del Este.
El investigador insistió en la necesidad de crear -y mejorar allí donde ya existen- planes locales de adaptación al cambio climático, al tiempo que se actúa en los niveles más altos de la administración, de forma que tanto el Ministerio de Sanidad como las consejerías autonómicas actúen al respecto.
No fue solo en esta ponencia, que trataba explícitamente la cuestión de las ciudades, la salud, el bienestar y la vulnerabilidad social, sino en otras como la dedicada al Turismo, se hizo hincapié en la necesidad de que los planes urbanísticos y de ordenación del territorio incorporen el cambio climático como aspecto esencial a tener en cuenta.
Roye expuso también como imprescindible desarrollar medidas de salud pública en el ciclo de desastres, mejorando los sistemas de alerta temprana y los protocolos de actuación. Abogó por implementar redes de monitoreo en tiempo real para identificar los episodios de olas de calor, inundaciones, etcétera, así como mejorar la planificación en emergencias.