Una de las viñetas de la novela gráfica Nocturnos de la artista Laura Pérez (València, 1983) contiene un bocadillo que reza: “inventando nuevos tiempos”. Se está refiriendo a que la noche desde siempre ha sido un lugar que no nos pertenece, otras criaturas y misterios la habitan, pero continuamente la tratamos de conquistar, lo intentamos haciendo nuestros los espacios, mediante la luz y el abrigo de la arquitectura, o inventando nuevos tiempos horarios para nuestros nuevos hábitos noctámbulos, de ocio o de trabajo. De forma atávica, tratamos de alcanzar aquellos espacios secretos, ocultos y por ello intrigantes o que nos son prohibidos pero que ocupan nuestros anhelos.

Ilustración de Laura Pérez en “Nocturnos”.
El noveno arte también está inventando nuevos tiempos de conquista, en muchos sentidos, pero hay que subrayar los referidos a la apertura geográfica y de género en cuanto a autoría, desde los orígenes del cómic en el siglo XIX en EE.UU. hasta hoy.
La mujer ha conquistado un lugar que por convención social no le pertenecía, otro lugar en el mundo del arte en el que la sociedad le ha hecho sentir como una criatura extraña actuando con nocturnidad al invadir una parcela que ha sido de propiedad tradicionalmente masculina. Si nos asomamos al elenco de invitados y contenidos del próximo Salón del Cómic de València 2025 -que se celebra del 28 de febrero al 2 de marzo-, comprobaremos que felizmente se han vuelto las tornas. Junto a asiduos y consagrados artistas como Paco Roca -autor del cartel- o Sento Llobell, contaremos con una abundante “flota” femenina: un 30% sobre el total de artistas invitados son mujeres.
Entre ellas, es oportuno poner el acento sobre la citada artista valenciana, Laura Pérez. Su enorme currículo merece ser sacado del anonimato, sobre todo ante neófitos en este arte -como yo misma-, suponiendo una revelación: entre otros logros, fue reconocida con galardones como el primer Premio el Ojo Crítico de Cómic o el Ignotus al mejor tebeo nacional, ha ilustrado para editoriales tanto nacionales como internacionales como National Geographic o The Washington Post y fue nominada a los premios Emmy por los títulos de crédito de la serie estadounidense Solo asesinatos en el edificio (Disney+).
Esta artista promocionará su reciente Nocturnos en este Salón del Cómic, siendo autora completa, tanto de las ilustraciones como del texto. Con una elegante estética, nos recuerda a esas estampas japonesas de finales del XIX que tan decisivas fueron para dar el agigantado paso hacia el arte moderno. Planitud cromática, austeridad y, en definitiva, esencialidad conceptual llenan los espacios, sin embargo, con vacíos y silencios que nos aproximan a una experiencia estética propiamente “hopperiana”, donde la imagen de la soledad humana y sus misterios trasciende el papel para hacerle preguntas al que mira. Porque en las obras de Laura Pérez te conviertes en espectador activo más que en lector. La constante ausencia de palabras unida a unas imágenes que cabalgan entre un inquietante contraste, conjugando la delicadeza y la lírica con un impacto visual que a veces roza el escalofrío, consiguen alcanzar una fantasía de gran sofisticación psicológica que invita a la introspección a la vez que despierta emociones muchas veces encontradas.
Otras valencianas reseñables son Ana Oncina (Elda, 1989), que expone en este evento y que fue premiada en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona e incluida en la lista Forbes de los creadores menores de 30 años más influyentes en Europa. O la valenciana “adoptiva” Ana Miralles, una de las más influyentes artistas del cómic español, que ilustra y presenta la vida de Ava Gardner en Ava.
El noveno arte también está inventando nuevos tiempos de conquista, en muchos sentidos, pero hay que subrayar los referidos a la apertura geográfica y de género"
Meritan también visita en este Salón exposiciones en clave feminista como la de Núria Tamarit (Vila-real, 1993), comisariada por Cristina Chumillas, con obras en primicia como Kalima, en torno al ecofeminismo, y otras retrospectivas como Giganta, la historia de aquella que recorrió el mundo en busca de la libertad. O la muestra de Zainab Fasiki (Fez, Marruecos, 1994), quien a través del cómic visibiliza y denuncia la realidad de la mujer musulmana. Su lucha ha sido vista como una amenaza en su país, siendo censurada e incluso amenazada de muerte, viéndose obligada a huir -actualmente reside en España-. Esta exposición está comisariada por la propia activista junto con el artista gráfico MacDiego, que igualmente trabaja en las muestras de los artistas Marcelo D´Salete y Eusebio Nsue Nsue, revelándonos otras realidades geográfico-culturales como las afrobrasileñas y las guineanas. Imprescindible en este sentido es la exposición de cómic palestino, un “grito colectivo” que desafía al silencio de sus historias, aludiendo al teórico palestino Edward Said que afirmaba que negarle la voz a alguien es negarle la existencia.
Se acerca el 8 de marzo, Día de la Mujer, ese día al que siempre me gusta referirme con el deseo de que desaparezca, pues esto significaría que no es necesario que exista una reivindicación feminista, que finalmente se ha alcanzado el equilibrio. Mientras tanto, no es mala idea pasarse por este Salón que nos descubre que se están inventando nuevos tiempos para la mujer y su voz en el mundo del cómic.